Es una buena noticia que el Govern balear y el Consell d'Eivissa estén trabajando para impulsar un plan para que Ibiza y Formentera sean ser de los primeros destinos a los que puedan viajar los turistas británicos, una vez el gobierno del Reino Unido levante las restricciones actuales a la movilidad, especialmente la cuarentena que han de pasar todos los viajeros, incluidos los nacionales, que entran en el país. A día de hoy, no hay fecha para que se abran las fronteras entre ambos países, tanto que existe en estos momentos una gran confusión, con noticias contradictorias a diario, lo que impide un pronóstico claro.
La pandemia, a otro ritmo.
La incidencia de la pandemia en el Reino Unido aconseja en estos momentos una mayor prudencia que con otros destinos donde la incidencia del Covid-19 es similar a la de Ibiza y Formentera y, por lo tanto, la conectividad está justificada. Esta realidad, no obsta, para que, con buen criterio, las administraciones baleares se pongan manos a la obra, en colaboración con las británicas y las españolas, para articular un programa parecido al que se ha implementado con Alemania y que tan buenos resultados ha reportado a Mallorca, en tanto ha supuesto una impagable promoción turística como destino seguro. La experiencia adquirida puede ser un buen punto de partida para negociar con el gobierno del Reino Unido y un factor diferencial frente a otros destinos que también quieran ser de los primeros en recibir al turista de las islas.
Un mercado clave.
El turismo británico es el principal mercado de Ibiza, algo por delante del turismo nacional. Su importancia no solo es cuantitativa, ya que este mercado tiene una mayor capacidad de viajar en temporada baja, un aspecto a tener muy en cuenta de cara a alargar la temporada turística al mes de noviembre, como es la intención del Consell d'Eivissa y de todo el empresariado de la isla, para recuperar, al menos en parte, el negocio que perdido en abril, mayo y junio.