En plena expansión de la tercera ola del coronavirus en Baleares, la presidenta del Govern comparece mañana en el Parlament, obligada por la oposición, para explicar cómo ha gestionado la triple crisis de la pandemia: sanitaria, social y económica. Los ciudadanos de las Islas, según la encuesta realizada en exclusiva para este rotativo por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), suspenden la gestión política de la emergencia, tanto del Gobierno de Pedro Sánchez como del Govern balear, con un rechazo que supera del 60 por ciento, aunque en Balears es menor para el Ejecutivo formado por PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Podemos. La covid también pasa factura a los consellers del Govern, con la caída de su valoración y que ninguno sea aprobado.
Autocrítica necesaria y mano tendida.
La presidenta Armengol tiene una magnífica oportunidad para realizar autocrítica de la gestión de una crisis cuyo final aún se desconoce. La crispación, la frustración y el malestar de la calle han de obtener respuestas, más allá de anuncios y buena voluntad. Además de cohesionar a su Govern, tensionado por los desmarques de Més, Armengol debe tender la mano a la oposición porque la devastación que sufre la economía y la sociedad balear demanda grandes acuerdos, con lealtad y sentido institucional. En este sentido, acierta el PP de Gabriel Company al negarse a participar en la intempestiva moción de censura promovida por Vox.
Elevar el nivel de exigencia al Gobierno.
Es también el momento -aunque el color político sea el mismo- de denunciar los reiterados incumplimientos y los agravios del Gobierno central hacia Baleares. Concretamente, que en los primeros presupuestos del Estado tras la aprobación del nuevo REB no se haya incluido ninguna partida; la escasa dotación de inversiones para las Islas en estos Presupuestos, la insuficiente financiación autonómica, así como hay que evitar que Baleares quede relegada en el reparto de los fondos de recuperación de la UE.