No merece la pena perder el tiempo insistiendo en la evidente falta de planificación que ha demostrado el gobierno municipal de Ibiza en relación a las instalaciones deportivas de la ciudad, a pesar de que el ascenso al fútbol profesional de la UD Ibiza se venía anunciando con nitidez cristalina, ya que el error no tiene solución a corto plazo. El problema ahora es que, además de ser el principal responsable del desatino que supone el pecado original, la respuesta del gobierno municipal no ayuda a minimizarlo sino que lo incrementa. Y es que el Ayuntamiento de Ibiza está demostrando una inaudita falta de sensibilidad con los usuarios de Can Misses que se han visto afectados por el ascenso de la UD Ibiza. Tanto el CD Ibiza como el Club Atletisme Pitiús están dando muestras de un enorme respeto por el ascenso de la UD Ibiza y no merecen ser tratados con el desprecio con el que les trató este miércoles el alcalde de la ciudad, Rafa Ruiz, por defender lo que consideran sus legítimos intereses.
Un éxito incontestable.
El ascenso de la UD Ibiza a Segunda División es un éxito incontestable. Tal como hemos defendido en estas páginas, las administraciones, en especial el Ayuntamiento pero no solo, se han de implicar, a pesar de ser una mercantil privada, para que el sueño de que la entidad que dirige Amadeo Salvo se consolide en Segunda División y pueda algún día llegar a jugar en Primera División sea una realidad. Ello, no obsta, por cuidar a otros usuarios más modestos de las instalaciones municipales que ven lesionados sus intereses.
Hay margen para el acuerdo.
De las declaraciones de unos y otros, se desprende que hay margen para el acuerdo. Para ello, tanto Rafa Ruiz como Elena López deben abandonar el partidismo del que inexplicablemente están haciendo gala, dejar de utilizar argumentos pueriles con los que todo el mundo está de acuerdo, centrarse en resolver los escollos que han propiciado un desencuentro que ha llegado a los juzgados y que no beneficia a nadie y ante el que el deporte de la ciudad corre el riesgo de fracturarse, algo que debe evitarse a toda costa. El CD Ibiza necesita tener garantías de que podrá jugar en Can Misses si no puede hacerlo en el anexo y el CA Pitiús, que sus atletas podrán practicar deporte con normalidad y ahora ni una cosa ni la otra están claras.