Arranca esta semana el periodo de sesiones en el Parlament que reanuda su actividad institucional con comisiones y plenos. Coincide con el comienzo del último año de esta legislatura, iniciada tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2019, con un horizonte que apunta al final del mandato. En marzo del 2023 la presidenta Armengol disolverá el Parlament, que sólo actuará a través de la Diputación Permanente, y firmará la convocatoria de los próximos comicios que se celebrarán el último domingo de mayo. Quedan apenas siete meses hábiles en este tramo final para gestionar, porque después entraremos en el periodo regulado por las restricciones de la Ley Electoral. A la espera de que cuatro formaciones con representación parlamentaria –Podemos, PI, Vox y Ciudadanos– designen a sus candidatos a la presidencia del Govern, dos mujeres protagonizan el debate político en Balears: Francina Armengol, que desde el PSIB-PSOE intentará la reelección para ejercer un tercer mandato; y desde el PP, Marga Prohens, con el planteamiento de que la alternancia es la regla de oro de la democracia.
Cumplimiento del paco
Todas las miradas se dirigen al Govern de coalición –formado por el PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Podemos, socios y adversarios– y su hoja de ruta: los Acords de Bellver, firmados en junio de 2019. La pandemia y sus restricciones han marcado esta legislatura, con grandes contrastes como la reactivación económica por una gran afluencia turística, al mismo tiempo que la invasión rusa de Ucrania y la inflación encarecen la energía y la cesta de la compra.
Respuestas y medidas
En estos próximos meses los ciudadanos demandarán respuestas y medidas a la masificación –que es mucho más que una percepción–; la falta de vivienda a precios asequibles, la gestión de los fondos UE y su impacto en la economía local de Baleares, y la ejecución de los proyectos anunciados para una legislatura que se agota.