El drama de la vivienda en Ibiza y Formentera, lejos de tener un horizonte esperanzador lleno de soluciones, no hace más que agravarse. Este periódico está informando puntualmente de las aberrantes ofertas que se pueden encontrar desde hace meses, incluso en invierno, en numerosos portales web, así como grupos dedicados a la vivienda en redes sociales. A las habitaciones de 1.000 euros, los apartamentos de una habitación por 2.000 euros y los campamentos improvisados de caravanas en prácticamente cualquier solar o rincón boscoso de la islas Pitiusas se suman ahora los 1.000 euros que se llegan a pedir por alquilar una caravana en la que vivir en Ibiza. La ambición y la especulación con la vivienda del ser humano parece no tener límites en el caso de la vivienda.
Territorio limitado
Las Pitiusas, como islas que son, tienen un territorio limitado en el que buena parte de los solares urbanos y rústicos son privados. A esto se suma que, durante años, no se han desarrollado políticas urbanísticas eficaces que promovieran la construcción de plurifamiliares, así como tampoco se ha impulsado de manera suficiente la construcción de viviendas de protección oficial. En paralelo, ha ido creciendo, tal y como demuestran los datos oficiales que manejan el colegio de arquitectos y los constructores, la vivienda unifamiliar en rústico que, precisamente por tratarse de una isla con alta demanda y territorio limitado, sale al mercado con precios desorbitantes que únicamente están pudiendo pagar inversores extranjeros, ya sean particulares o fondos de inversión.
Grave problema
Las Pitiusas tienen un grave problema con el acceso a la vivienda. Incluso la cadena BBC se ha hecho eco de la precariedad en la que viven quienes, precisamente, sustentan la isla del lujo, que no son otros que los trabajadores del sector turístico. Deben impulsarse políticas valientes, que mitiguen de una vez por todas esta cascada de desorbitados precios al alcance de unos pocos que están expulsando no sólo a trabajadores de temporada sino a residentes de todo el año e, incluso, ibicencos.