Este periódico informaba en su edición del sábado que la terminal del aeropuerto de Ibiza recibe cada noche a decenas de personas que pernoctan durante días en las butacas de la terminal. Algunos lo hacen incluso durante semanas. La información apunta que algunos trabajadores optan por dormir en el aeropuerto mientras trabajan durante toda la temporada en la isla. Al no poder pagar una simple habitación, se instalan en las butacas de es Codolar para pasar la noche. Más allá de aquellos turistas que buscan juerga y que no quieren gastar su dinero en hoteles, el aeropuerto se ha convertido también en la imagen del drama de todos aquellos que no encuentran vivienda.
Buscar soluciones.
Lamentablemente, desde hace mucho tiempo Ibiza no facilita un alojamiento digno a todos aquellos trabajadores que tienen un empleo pero que no pueden pagarse una habitación de hotel. También lamentablemente no se han encontrado soluciones imaginativas para dar opciones razonables a estos trabajadores, como podrían ser habitaciones en viviendas por el mismo dinero que cuestan en muchas ciudades españolas, es decir, entre 300 y 500 euros al mes. Así al menos podrían disfrutar de una vida mínimamente digna mientras permanecen en la isla, donde son tan necesarios para las empresas con el objetivo de cubrir la temporada turística.
Un gran pacto.
Urge pues que durante los próximos meses, y antes de que empiece la próxima temporada turística, que todos los sectores de la sociedad ibicenca busquen una solución a este drama que se vive en la isla, como se ha visto durante los últimos meses con los asentamientos ilegales de personas que duermen en autocaravanas o en tiendas de campaña, incluso aquellos que pernoctan en sus propios vehículos o los que eligen el aeropuerto de Ibiza. Solicitar un piso para estas personas ya resulta una utopía, pero sí se pueden encontrar opciones que resulten beneficiosas tanto para estos trabajadores como para los propietarios de inmuebles. Por ejemplo, en la Península se están reconvirtiendo viviendas que se dividen por habitaciones y que disfrutan solo de servicios comunes (cocina y baños) y que ofrecerían una solución bastante razonable para muchas personas o incluso familias. No conviene perder mucho más tiempo, y sobre todo hay que encontrar soluciones imaginativas..