La mayoría de personas que asistieron este sábado a la protesta por la situación de la vivienda en Ibiza tienen motivos más que suficientes para mostrar su indignación. La realidad inmobiliaria es insostenible por la falta de vivienda de alquiler y, sobre todo, por unos precios fuera de toda lógica. Sin embargo, algunas de las soluciones que hicieron los convocantes de esta protesta realizada a nivel nacional no son precisamente las recetas necesarias para normalizar la crisis de la vivienda.
Dramas.
Durante años este periódico ha ido informando sobre la escalada de precios de los alquileres de viviendas en Ibiza. Se han denunciado auténticos abusos que hacen muy difícil la convivencia en la isla. Ahora bien, no se puede perder el foco e intentar plantear una reivindicación desde una postura partidista y siguiendo los planteamientos de aquellos partidos políticos que han fracasado durante años en la gestión de las competencias en materia de vivienda.
Recetas fallidas.
El Sindicato de Inquilinas considera que los contratos de alquiler tienen que ser indefinidos, es decir, volver a las leyes franquistas que provocaron el mayor deterioro que han vivido los centros históricos de las ciudades. También dicen que se ha creado un enemigo ficticio con los okupas, pero la realidad es que estos delincuentes protegidos por las leyes se han convertido en una gran preocupación para los propietarios de pisos. También es un error creer que no hay que construir más viviendas para aumentar la oferta, sobre todo teniendo en cuenta que la población aumenta año tras año. Tampoco parece nada razonable convertir a los rentistas (un término injusto y peyorativo en muchos casos) en los culpables de esta situación ya que en muchas ocasiones lo único que reclaman es una mayor seguridad jurídica para alquilar sus propiedades. Por lo tanto, todas las manifestaciones de indignación por la falta de vivienda son lógicas, pero debería huirse de aquellas recetas que han fracasado estrepitosamente y, sobre todo, no convertir estas reivindicaciones en repetir los planteamientos afines a formaciones políticas cuya gestión en materia de vivienda nos han llevado a la actual situación.