La decisión de la compañía aérea Spanair de crear una filial, que además de cubrir otros trayectos, entrará en el mercado de los vuelos interislas en Balears, puede considerarse enormemente positiva por cuanto va a incrementar la calidad de los servicios que se ofrecen a los usuarios de nuestra comunidad. Al parecer, los trayectos serán cubiertos por reactores, los cuales tienen una mayor capacidad para el transporte de pasajeros y, además, de mercancías. Y, también, hay que considerar que los aparatos que cubrirán los trayectos son mucho más silenciosos que los turbohélices actualmente en servicio. Por si ello no fuera suficiente, esto supondrá el aumento de las frecuencias. Desde el Govern balear se anuncia que la iniciativa va a ser apoyada y, en principio, su primera valoración es muy positiva.
Es evidente que con ello se amplía la oferta con la que vamos a contar a la hora de viajar desde una isla a otra y, por tanto, existirá una mayor competencia. No es que los usuarios vayan a notar un descenso en los precios de los vuelos, aunque sí en la calidad de los mismos. Esto es posible si enmarcamos a la compañía aérea en cuestión en el grupo al que pertenece, lo que hace que la rentabilidad de los vuelos interislas no sea un grave problema. Ahora bien, queda pendiente el asunto del interés público de estos vuelos, que está en manos de la Unión Europea. Este podría ser un factor importante también para garantizar un mayor número de frecuencias, máxime teniendo en cuenta que estos trayectos estarán en manos de tres compañías privadas, dos que ya lo son, Spanair y Air Europa, y la otra, Iberia, que será privatizada en breve. En cualquier caso, todo cuanto pueda redundar en beneficio de los ciudadanos de Balears hay que acogerlo con optimismo, aunque con la necesaria prudencia.