Que en los últimos tiempos Balears ha sufrido un grave deterioro en su imagen exterior es algo que a nadie se le escapa. La huelga del sector del transporte discrecional fue la gota que colmó el vaso en la opinión de muchos, que se habían dejado influir por informaciones negativas publicadas en la prensa "sensacionalista, casi siempre" de países como Alemania y Gran Bretaña.
Desde los apagones de pasados veranos hasta el anuncio de la ecotasa, pasando por la presencia de un tiburón en las costas de Mallorca, cualquier motivo es bueno en el extranjero para «pintar» una imagen distorsionada del principal destino turístico de esos países. Es una estrategia periodística que obedece a intereses editoriales y que, en contrapartida, produce efectos muy perniciosos en nuestra imagen.
Por ello el Govern ha puesto en marcha una campaña con el objetivo de «dar la vuelta a la tortilla» y recuperar la imagen de paraíso que nuestras Islas han tenido siempre tanto en Europa como en España. Lo cierto es que, pese a quien pese, Balears es líder indiscutible en su oferta turística, aunque quizá no haya sabido captar a toda clase de visitantes. Si bien en el exterior nos vendemos como un destino barato, que atrae a turismo de baja calidad, para los españoles resultamos caros "en competencia con otros destinos mediterráneos en la Península" y sólo nos visitan algunos privilegiados.
De ahí la conveniencia de la campaña del Govern, que no hará sino confirmar la idea de que Balears es el mejor lugar para pasar las vacaciones "algo sabido por quienes nos han visitado ya" y desterrar de paso los temores despertados por las últimas noticias publicadas por la prensa amarilla. Ahora que nos salen competidores en otras zonas del Mare Nostrum, cualquier precaución es poca.