Batasuna ha vuelto a mover ficha y lo ha hecho rompiendo la relativa armonía del proceso de paz e incomodando al PSOE y al PP. El Gobierno vasco ha autorizado la manifestación del próximo domingo en San Sebastián bajo el lema «Euskal Herria Autodeterminación», un acto convocado a título particular, pero apoyado por el entorno de la ilegalizada Batasuna, que ha hecho un llamamiento a la participación masiva.
La decisión del Gobierno vasco se apoya en la legalidad de que cualquier ciudadano convoque una marcha, aunque sabe que no es la primera vez que Batasuna utiliza este mecanismo individual para enaltecer sus reivindicaciones. Así las cosas, la pelota vuelve a estar de nuevo en la Audiencia Nacional, que ya ha citado a los líderes de Batasuna para poner ciertos puntos sobre las íes.
Batasuna quiere salir a la calle y probablemente lo hará, a pesar de que el proclamado proceso de paz no admitirá muchos sobresaltos ni pulsos políticos. El Gobierno de Euskadi ha tomado una decisión, jugando de forma subliminal al juego de Batasuna, aunque imponiendo ciertas limitaciones en la manifestación para darle un carácter legal. Los manifestantes no podrán portar pancartas, lemas o eslóganes que supongan una amenaza a las instituciones y tampoco enaltecer a organizaciones terroristas.
Puede que Batasuna lo acepte, pero será una manera de salir de nuevo a la calle y expresar al Gobierno vasco y al Ejecutivo de Zapatero el apoyo que le profesa una parte de los ciudadanos vascos en sus reiteradas reivindicaciones.
Batasuna, una formación ilegal, sigue estando ahí, llamando a los ciudadanos a apoyar su causa.