Se cumple hoy el setenta aniversario del último parte de la Guerra Civil que firmó el general Franco. El 1 de abril de 1939 acabó la guerra, pero no empezó la paz. Hace siete décadas que cesaron los combates en el campo de batalla, pero también en esa fecha comenzó un régimen político dictatorial que se prolongó durante cuarenta años, que se sostuvo enviando al exilio a los opositores y cercenando la libertad de quienes quedaron en España. Los que no acataron las normas impuestas por los sublevados contra la legalidad democrática de la República lo acabaron pagando con su vida o con años de cárcel.
En conmemoraciones como la de hoy es pertinente recordar que con el franquismo España entró en uno de sus períodos históricos más negros, aislado del mundo exterior y con un sistema económico obsoleto que provocó serios problemas de abastecimiento a la población. Tuvieron que transcurrir décadas para que nuestro país, y Balears en especial, lograra alcanzar cotas razonables de bienestar económico y social gracias, en buena medida, al turismo.
Balears no quedó al margen de la evolución general del franquismo. Las Islas también vivieron con horror la represión contra los disidentes y sufrió las consecuencias de la autarquía impuesta por el nuevo orden político.
El peor error que puede cometerse es permitir que, con el tiempo, vaya diluyéndose la realidad del proceso político que se inició el 1 de abril de 1939 y que se debiliten las miradas críticas y rigurosas sobre la realidad de aquellos años de la historia de España. Las generaciones del futuro deben tener muy presente que nunca, jamás, debió existir esa fatídica jornada que marcaba la derrota de la República y la instauración de un régimen dictatorial que sólo tuvo tuvo su fin cuando murió el general golpista en 1975.