Este año se prevé, una vez más, batir récord de visitas. Al enorme éxito que Eivissa acumula año a año hay que sumar ahora los problemas en destinos como Egipto y, recientemente, Túnez. Con este panorama no es de extrañar que esta temporada las compañías aéreas hayan ofertado siete millones de plazas para viajar a Eivissa. Desde el punto de vista de la seguridad todo apunta a que éste va a ser un verano muy caliente, tanto en lo referente al tráfico rodado, como al tráfico de drogas y también en cuanto robos al descuidos en playas y aglomeraciones y robos violentos. De hecho, aún no había terminado el mes de marzo, aún no había llegado la Semana Santa, cuando la isla se desayunó con el primer golpe importante: el agroturismo Atzaró, un caso que ahora investigan las autoridades policiales, que, este año más que nunca, reclaman más refuerzos para el verano. Sin embargo, los agentes cada año trabajan menos horas porque, temporada a temporada, los presupuestos se reducen. Si no se ponen los medios suficientes para controlar la avalancha de turistas que se avecina, podría ocurrir lo que pasó en el año 2005, cuando se contaron más de 25 muertos en carretera y hubo una gran cantidad de fallecidos por drogas, ahogamientos y precipitaciones desde los balcones y ventanas. Algunas autoridades policiales llevan años avisando de que, un año de estos, las cosas en Eivissa se pueden salir de sus casillas. Los equipos especializados contra el tráfico de drogas y el crimen organizado están bajo mínimos desde hace ya mucho tiempo, tanto en la Guardia Civil como en el Cuerpo Nacional de Policía, aunque esto no parece importar mucho a las autoridades políticas, porque nunca se han quejado fuera de campaña electoral.
OPINIÓN | José María Alonso
Un verano muy caliente
J. M. Alonso | Eivissa |