Me gustaría hoy hablar acerca de la cuestión de la idealización, y como a menudo tras de esta se esconde una dificultad importante para poder vivir y acceder a necesidades y a motivaciones más internas y genuinas de uno mismo, que nos hacen más rígidos y nos dificultan poder contactar de una manera más directa con la vida y con nosotros mismos.
A menudo las personas nos forjamos una serie de estructuras, corazas, maneras de pensar, que si bien puede parecer que nos guían, iluminan y nos protegen, en esencia no son más que caparazones que nos impiden estar en contacto con lo más auténtico de nosotros mismos y nos hacen más rígidos para experimentar tanto lo que hay en nuestro interior como para poder vivir la vida de una manera más acorde con nuestra propia esencia.
Me refiero a aquellos ideales personales, profesionales, sociales, éticos... que a menudo nos atrapan y sin que nos demos cuenta se establecen casi como una parte de nuestra personalidad, nos hacen más rígidos y nos dificultan el poder vivir.
Cuando el ideal hace de pantalla e impide que se expresen aspectos nuestros importantes, pero quizás dolorosos, aparecen entonces estos aspectos que se niegan en forma de malestares, ansiedades, tristezas, dolores y molestias varias
Cuando el ideal tapa y obtura cosas propias de la persona es entonces cuando ese ideal se está usando de una manera en la que se daña a uno mismo de diferentes maneras:
-Reprimiendo cosas propias que uno no quiere reconocer y que quedan debajo de la pantalla de ese ideal, lo cual siempre genenrará que se expresen por otra vía produciendo dolor.
-Condenándonos a la eterna frustración de perseguir algo que no es posible, que no existe.
-Bloqueando que podamos aprovechar nuestras posibilidades de hacer y vivir con nuestras verdaderas, genuinas y propias virtudes y carencias.
Es por ello por lo que es importante poder realizar un proceso de quitar armaduras, capas y corazas, que siempre es doloroso, y más en tanto en cuanto estas armaduras y corazas a menudo están insertadas de una manera muy intrincada e intensa con otros aspectos más genuinos de nosotros mismos.
Sin embargo, aunque lento y doloroso este es un trabajo muy necesario para poder vivir de otra manera, en cuanto sentimos que algo ideal, y por lo tanto inexistente nos está bloqueando e impidiendo vivir y ser nosotros mismos.
Muchas gracias.
Saludos a todos y hasta la próxima.