El 22 de febrero del año pasado miles de personas llenaron las calles de Eivissa para mostrar su rechazo a los proyectos de prospecciones petrolíferas que amenazan nuestro futuro económico y social. Aquella marea azul y las más de cien mil alegaciones que llegaron al Ministerio de Industria impidieron que se diera luz verde a los planes de las empresas petrolíferas y, a día de hoy, toda la sociedad pitiusa siga pendiente que desde el departamento de Medio Ambiente del Gobierno publiquen una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) negativa que lleve al traste las intenciones de los interesados en buscar petróleo en nuestro subsuelo marino.
Como ya dije entonces en alguna tertulia radiofónica y televisiva, lo único que había provocado la oposición generalizada a los sondeos era ganar tiempo y que Medio Ambiente no publicaría su decisión antes de las elecciones municipales. Y así parece que sucederá. El Partido Popular no podía permitirse dar el visto bueno a unas prospecciones con todos los ciudadanos de Eivissa y Formentera en contra. Habría supuesto el suicidio político de la formación conservadora. De ahí el retraso en la DIA.
Con el paso del tiempo mantengo mi pesimismo sobre esta cuestión pese a que creo que hay razones, tanto medioambientales como sociales y económicas, más que suficientes para denegar los permisos. Quizá la previsión de elecciones generales a finales de este año con un PP jugándose el mantenerse en el poder pueda hacernos ganar más tiempo. Ojalá.