Vamos a llamar a las cosas por su nombre: lo que sale de la fisura del emisario de la Savina no son aguas depuradas; han ido unos buzos a echarle fotos al vertido y todos las hemos visto: eso es mierda. En cualquier caso, no se trata de agua depurada terciaria, que es lo que debería ser. La playa de la escuela de vela de la Savina se tuvo que precintar ayer por un vertido de aguas fecales: ¿de dónde habrán llegado?...
La depuradora de Formentera y el emisario se construyeron en 1989; no es extraño que, 26 años después, vayan sufriendo roturas o que la depuradora no dé abasto. Pero es que no hay dinero. Y, como no hay dinero, mucho parche y poca solución, como el arreglillo que se le hizo al emisario en 2012 para salir del paso. Pues eso, salgamos del paso que ya llegarán otros a arreglarlo de verdad.
Episodios como éste o como el del emisario de Talamanca a mí me demuestran un par de cosas: la primera es que las Pitiüses sufren un déficit de financiación brutal, que PP y PSOE han permitido durante años y décadas.
La segunda es que a los gobiernos balear y español, las autoridades competentes en la materia, les importa un pimiento de qué vivimos en las Pitiüses; los de Formentera tienen que ver cómo les revienta el emisario en plena temporada turística y en medio del Parque Natural de ses Salines; y no pueden hacer nada, absolutamente nada, puesto que ninguna competencia tiene el Consell sobre depuradoras o emisarios. ¿Qué tal si nos dan el dinero y miramos de arreglarlo nosotros?