Buenos días. ¿Los de Podem-Guanyem?
—Aquí no es; mira a ver enfrente, que ha entrado a vivir una pareja.
—¿Y el club de fans de Pablo Iglesias?
—Hombre, eso sí que es aquí.
—Con ustedes queríamos hablar. Mire, nosotros somos los del PSOE...
—Sí, ya veo el Rolex.
—Sí, bueno, la cuestión es que hemos pensado que, como ustedes y nosotros, es decir los dos, o sea ambos, somos de izquierdas...
—¿Tú, de izquierdas?
—Bueno, un poco más que el PP sí, ¿no?
—Si te hace ilusión…
—Bueno, pues como le decía, que como los dos somos de izquierdas, que habíamos pensado que podíamos pactar y expulsar del Consell a la derechona retrógrada y malvada, y así gobernar el mundo e ir juntos al VIP del Pacha.
—Ya, ¿y nosotros qué ganamos?
—Pues, ir al VIP del Pacha…
—No me interesa. Yo soy más del Demiedo.
—Y gobernar…
—¡Uy, gobernar! ¡Qué va!, ¡no nos interesa!
—¿Cómo que no? ¡Pero si gobernar es superdiver!...; mandar, imponer tu criterio, decir cualquier cosa y que nadie te replique, gastar a espuertas un dinero que no es tuyo, tomar decisiones descabelladas y poder hacer la puñeta a mucha gente…, ¡durante cuatro años!... ¡Cuando lo pruebas ya no lo quieres dejar!
—¡Bah!, eso es la vieja política... En la nueva política se gobierna haciendo oposición, se hace oposición gobernando y, sí que se hace la puñeta, pero sin puños. Son nuevos tiempos, tío; a ver si te vas enterando. Nuevas formas, nuevos eslóganes. Un madero, mil lapiceros. ¡Anda y coge la puerta giratoria y vete a paseo!
—Bueno, pues nos dejáis gobernar solos a los del PSOE, pero me firmáis aquí que nos dejaréis en paz, porque si no esto va a ser el despiporre…
—Bueno, podemos intentarlo… A ver, ¿en cuánto estás dispuesto a bajarte el sueldo?
—Un 5.
—¿Un quinto?
—No, no: un 5.
—¿Un 25?
—Un 5.
—¿Un 15?
—Un 5.
—Me estoy empezando a rayar.
—Un 5.
—¿Pero a ti qué te pasa?
—Un 5.
—Para ya, ¿no?
—Un 5
—¡Basta! Por favor, hablemos de otra cosa.
—Vale. Pero un 5.
—¡Que sí!... A ver, demuéstrame que aún sois medio socialistas...: ¿qué me dices de recuperar para el sector público todo lo que ha privatizado la derecha explotadora?
—Buena idea. ¿Y con qué lo pagamos?
—¿Con qué? ¡No me vengas ya con el dinero!, ¿qué es el dinero?: un instrumento del capitalismo vil y especulador, una herramienta de los empresarios y explotadores. ¡El dinero no sirve para nada! Lo importante son las ideas, su fuerza transformadora, ¡el núcleo irradiador!
—Ah. Lo del radiador no lo sabía.
—Chaval, lo ha dicho Errejón en un tweet: ¡hay que leer más, joder!... A ver, ¿qué te parece si nos creas una plaza de personal eventual en el Consell para nosotros, así seguro que no os perderemos de vista?…
—Bueno. Vale.
—Y además, ¿qué tal si creamos un Comité de Seguimiento Permanente, para teneros bien controlados?
—Bueno. Chachi.
—Y además, te voy a endosar un Comité de Coordinación General para el Seguimiento del Acuerdo, no sea que te me desvíes… ¿Cómo lo ves?
—Chupao mascao.
—Y además, me creáis una dirección insular de Transparencia y yo te mando a uno de los míos para ocupar el cargo. Gratis total. ¿Cómo se te queda el cuerpo?
—Como nuevo. Nosotros, por las sillas, lo que sea... Pero tendréis que entrar a gobernar con nosotros.
—Uy, no creo que podamos...
—Hombre, es que con todo lo que me estás endosando, lo único razonable es que compartáis con nosotros la responsabilidad.
—No podemos.
—Pero podríais.
—Hombre, podríamos poder, pero no podemos.
—Quizá podáis poder, pudiendo.
—Pudiéramos poder, pero, ¿hubiéramos podido?
—Bueno, pues entonces, ¡podamos!
—¡Ahora empezamos a hablar el mismo idioma!
—Así, ¿qué?, ¿qué consellerias os queréis quedar?..., ¿participación ciudadana?...; es una conselleria muy democrática…
—Espera, camarada, no corras tanto. Los de Podem-Guanyem primero debemos consultar a la asamblea.
—Ah. La asamblea…
—Claro, tío. Son los nuevos tiempos; aquí manda la asamblea, se hará lo que la asamblea diga. O sea, que ya veremos.
—¿Y si la asamblea dice que no?
—Pues es que no.
—Sea como sea, este es un momento histórico para la izquierda. Pero que conste que en el PSOE nos gustaría que gobernásemos juntos.
—Tú tranquilo, que cuando os absorbamos, va a ser lo mismo.