Los que me conocen saben que soy totalmente apolítico. Ni rojo, ni azul, ni naranja, ni del de la coleta. Simplemente apolítico. Por creer, únicamente creo en la utopía y en las personas, más allá de las siglas que tengan detrás o a quien representen. Son ellos los que hacen bueno o malo un Gobierno, un Ayuntamiento o un Consell. Como en todos los ámbitos de la vida son, somos, las personitas las que, con nuestros actos, hacemos bueno o malo todo lo que nos rodea.
Toda esta introducción, este tocho, viene a cuento para explicar que, fiel a mis convicciones, me gustan ciertas cosas que hace y dice Toni Villalonga, portavoz de Epic en el Ayuntamiento de Vila. Su lucha contra el volumen abusivo de las discotecas y los clubes en toda la isla me parecen loables y hasta admirables y muchas de sus aportaciones en los plenos municipales, aunque sabe que la mayoría no saldrán adelante sin el apoyo de los partidos mayoritarios, me parecen razonables. En este sentido, creo que lleva razón en criticar algunas acciones del actual equipo de gobierno de Vila en materia cultural. Al igual que él, considero un error «descartar la realización de museos temáticos en Eivissa» y no seguir adelante con algunas propuestas que hizo del equipo de la anterior concejala Lina Sansano. Y todo porque, como sucede siempre desde que el mundo es mundo, se mira más si la idea viene de unas siglas o de otras antes que por el interés de los ciudadanos.
Eso sí, no estoy de acuerdo con Toni Villalonga cuando asegura que desde PSOE-Guanyem «existe un desprecio absoluto hacia la cultura y el patrimonio». Una vez más aplico mi filosofía de creer en las personas por encima de lo que les rodea, y por ello y porque conozco a Pep Tur, sé que eso no es así. Prefiero pensar que será un resbalón y que todo tendrá su explicación.