El jueves, el biólogo Jaume Estarellas Fernández publicaba un artículo en Diario de Ibiza donde defendía el exterminio de las cabras de Es Vedrà como un «mal menor». Empezaba diciendo que esperaba no herir sensibilidades con sus reflexiones, cosa que le agradezco. Yo también espero no herir las suyas.
1º) No tenemos constancia de que en la antigüedad se alternaran periodos de cabras con periodos sin ellas, a causa de epidemias o épocas de sequía que acabasen con la población caprina. Si, por favor, nos pudiera aportar alguna prueba que nos ilustrara sobre ello, le quedaríamos muy agradecidos. Mientras tanto, le diré que nunca he escuchado que muriesen cabras por epidemias, falta de agua o comida.
2º) Cuando usted conoció es Vedrà en los años 80, tan solo hacía 3 o 4 años que no había cabras en es vedrà, no 30 o 40 años como usted afirma. Su desaparición fue debida a cazadores furtivos sin identificar (y alguno que sí), que exterminaron las cabras en pocos años, suponemos que para su venta y lógicamente su consumo. Es una carne muy apreciada, por su sabor más intenso y sin apenas grasa. Años después, concretamente en 1992, vecinos de Es Cubells regalaron 3 cabras y un macho para que los vedraners las llevasen al islote y seguir así con una tradición centenaria, que ahora hemos sabido puede remontarse al siglo XIII, según escritos que obran en poder de la iglesia pitiusa. Volviendo a los años 80, la vegetación, como es lógico, era más abundante, pero eso no quiere decir que al incorporar de nuevo las cabras, que han estado allí tantos y tantos siglos, terminen con todo de repente.
3º) Nunca esas cabras aumentaron en número de forma incontrolada como usted dice. Tanto los vedraners como innumerables vecinos de es Cubells han cuidado de estos animales en todo momento. Los ancianos nos contaban que hubo tiempos en los que en es Vedrà había más de 100 cabras. De haber sido tan dañinas, no habrían sobrevivido las especies endémicas cuya protección, según ustedes, justifica la cacería.
4º) El conjunto de la vegetación del islote, de hecho, nunca ha entrado en regresión, ni han desaparecido sabinas como usted dice. Me parece increíble que un botánico como usted y supuestamente pleno conocedor de la naturaleza, pueda afirmar que han desaparecido sabinas. Le puedo asegurar que nunca he visto una cabra alimentarse de sabinas. Hay una zona en la parte de Xaloc de es Vedrà que se llama es Savinar. Como su propio nombre indica, es el único espacio donde las sabinas han podido crecer con mayor facilidad, sin sufrir la durísima y continuada erosión que experimenta el islote, a causa de factores medioambientales, en los que luego nos extenderemos. Puede usted ir cuando quiera a es Savinar y comprobar si las cabras interactúan de alguna forma con esta vegetación. Sin embargo, ahora lamentablemente, ya no será posible.
5º) ¿“Colapso ecológico”? “Erosión, pérdida de suelo, desaparición de toda la flora, cabras suicidas que se despeñan, que mueren de sed…» Todos los días estamos escuchando los mismos argumentos, tan cansinos y falsos.
Veamos pues: Está claro que las cabras comen plantas y hierba y algunos tipos de arbustos, pero de esto, a que terminen con la flora endémica de es Vedrà, como se ha dicho, es una total y absoluta falsedad. Es más, como usted sabrá, sus excrementos ayudan notablemente a abonar las mismas zonas en donde consumen estas plantas, para que broten con fuerza y se regeneren. Por otra parte, la orografía de es Vedrà impide que la cabras accedan a más o menos al 70% del islote, superficie donde las especies y plantas endémicas se encuentran totalmente a salvo de las “malvadas” cabras.
Tampoco le he escuchado referirse una sola vez a la acción de la meteorología y la erosión del viento que, junto al salitre del mar y la lluvia, juegan un papel decisivo. Durante años, he observado que después de meses muy ventosos y climatología adversa, ciertas plantas estaban realmente afectadas, y todo lo contrario después de épocas de lluvias y bonanza climatológica. En esos momentos, es Vedrà y su vegetación están dentro de lo normal. Hay plantas como siempre, arbustos como siempre, sabinas, etcétera. De hecho, me atrevería a decirle que en los últimos siglos la vegetación de es Vedrà apenas ha cambiado. Por favor, Sr. Estarellas, con todo el respeto le pido que nos demuestre a los ibicencos, con pruebas físicas, a qué se refiere con “colapso ecológico” porque no lo entendemos.
Hasta aquí los razonamientos sobre la perfectamente posible convivencia de las cabras con el islote de es Vedrà.
Referente a su vasto estudio de cómo sacar las cabras de allí:
Después de leer esta parte de su texto, lo que pienso es que está intentando justificar algo que es injustificable. Presenta una colección de argumentos tan incoherentes como innecesarios, que ni siquiera merece la pena valorar.
Sin embargo, sí le diré que los Vedraners siempre hemos sacado cabras vivas de allí y que en innumerables ocasiones se han readaptado a corrales sin ningún problema. Sino pregúnteselo a Bartomeu Marí, vedraner, que creo que después de años todavía tiene alguna cabra del islote en sus corrales. Ni se han dado cabezazos contra las paredes, ni han sufrido, ni enfermado, ni se han intentado suicidar, justificación que ya roza el más absoluto de los ridículos. Le recomiendo que contraste su información con diferentes veterinarios la próxima vez.
Y para terminar, decirle que discrepo totalmente de su argumentación para justificar la muerte de las cabras. Los Vedraners las han sacado siempre vivas desde tiempos inmemoriales, apenas sin medios pero con una técnica ancestral y conocimientos del entorno. Se las reunía en un sitio cerca del mar donde quedaban acorraladas y no podían volver atrás. Allí las cogían y ataban con cuerdas para posteriormente bajarlas hasta los llaüts. Había varias alternativas y únicamente se ha optado por la vía rápida.