Esta semana hay una noticia que me ha tocado especialmente los ovarios. Un partido catalán, que se define como anticapitalista y feminista, ha decidido que las mujeres necesitamos que nos ilustren sobre cómo tener una buena relación entre las personas y con nuestros cuerpos. Resulta que necesitamos que nos iluminen para abandonar prácticas tan nefastas como usar tampones y compresas desechables porque contaminan nuestro cuerpo, entorno y mente y son contranatura. Así la CUP de Manresa propone que el Servicio de Información y Atención a las Mujeres de la Comarca aleccione a sus jóvenes sobre métodos alternativos de recogida de sangrado como las copas menstruales o los apósitos de tela que usaban nuestras abuelas. De hecho van más allá y rizan el rizo propugnando la teoría del "sangrado libre", algo que por cierto, requiere de una musculatura vaginal muy fuerte. Supongo que dentro de poco nos invitarán a comer en el suelo, a ir descalzos, saludar con gruñidos y regresar a las cuevas para seguir la naturaleza del resto de homínidos.
Son las mismas voces que demonizan a las madres que no pueden o no quieren dar el pecho a sus hijos, haciéndolas sentir seres perversos, y que las instan a que vuelvan a los pañales lavables. Dentro de poco nos invitarán a que regresemos a los ríos a frotar con brío y pasión nuestras prendas de algodón y a olvidar todas las horrendas prácticas de este régimen de dictadura en el estamos inmersos por el libremercado que nos aliena y nos convierte en seres deplorables que no están en comunión con la naturaleza.
Desde el cariño y el respeto más absoluto a quienes escogen una opción u otra, algo que por cierto contemplan nuestra democracia y la Constitución que tanto deploran, les ruego que hagan y dejen hacer. Del mismo modo que los que hemos acogido con los brazos abiertos los avances sociales que nos permiten tener hábitos más higiénicos y que nos facilitan la vida no juzgamos a quienes los rechazan, les aseguro que nunca pretenderé convencerles de que mis ideas están por encima de las suyas y de que están equivocados. Eso sí lo que entra o sale de mi cuerpo, si me lo permiten, prefiero elegirlo libremente sin que me pretendan convencer de que atento contra la naturaleza.
Si quieren emprender campañas eficientes para velar por el entorno, como las que abogan por un reciclaje segmentado, les ruego que presenten en ámbitos nacionales planes de trazabilidad de productos que eliminen envoltorios o plásticos innecesarios de nuestros supermercados, por ejemplo, y nos dejen seguir disfrutando de la evolución. Se lo dice una mujer que creció a base de biberones , con su 1,71 de estatura, que durmió en su cuna y en su cama desde bebé, y ha salido bastante normal.
Mi relación con mi cuerpo está muy equilibrada y les aseguro de que los cosméticos que uso, muchos también según afirman, me llevarían a la hoguera de las vanidades por su carácter perjudicial, y su coste elevado. Es lo que tiene la libertad amigos.
Ustedes sigan proponiendo chorradas que no arreglan nada nuestro país, y que no resuelven las carencias en servicios que sufrimos, y nosotros seguiremos teniendo temas para escribir artículos.