La sensación de seguridad es algo completamente personal. Hay personas que tienen miedo a sufrir un accidente, a ser víctima de un atraco, a morir en un acto violento, personas a las que les fascinan las páginas de sucesos de los periódicos y que disfrutan, experimentando un placer insano, siguiendo al día los acontecimientos más tétricos de la actualidad televisiva. Estas personas sienten que pueden toparse con un criminal en cualquier momento y viven bajo mil candados, precauciones y alarmas. Paradójicamente, quizá porque a un nivel sutil lo están atrayendo de algún modo hacia su vida, suelen acabar por convertirse en víctimas de algún delito. Y ese encontronazo corrobora sus tesis alarmistas. Para ellas el mundo es un lugar inseguro y cualquier gran ciudad lo es doblemente. Hay otras, en cambio, que viven inmersas en un mar de tranquilidad don- de se respira confianza. Estos creen que la delincuencia es una actividad marginal y que es realmente difícil que te toque chocar con ella, sería una rara casualidad que puele evitarse con unas sencillas precauciones dictadas por el sentido común. Entre una y otra postura están las estadísticas, que revelan que España es un país seguro, noveno en el mundo en índice de homicidios, y 25 en lo que se considera «índice de paz global», mucho mejor que en 2010, cuando ocupábamos el puesto 43, seguramente debido al terrorismo etarra, entonces aún vigente. A pesar de que los delitos y accidentes sangrientos ocupan un porcentaje notable de los medios de comunicación y llenan kilómetros de películas y series, en la vida cotidiana de cualquier ciudadano la delincuencia y la violencia suelen estar ausentes casi de forma total. Por eso sorprende que a pesar de que éste se considere un país seguro tengamos una de las tasas más abultadas de policías por población, una constante que se da en el área mediterránea de Europa. La media española está en 534 policías por cada cien mil ciudadanos –en Balears aún más, 567– pero en Reino Unido se apañan con la mitad, 260. ¿Tenemos un país seguro porque hay mucha policía? ¿O lo sería igualmente con menor presencia de agentes armados? Nunca lo sabremos, porque es del todo improbable que algún gobierno decida recortar en cuerpos y fuerzas de seguridad.
OPINIÓN | Amaya Michelena
¿Demasiada policía?
Amaya Michelena | Eivissa |