Últimamente andamos todos un poco alborotados con eso de que las instituciones van a dar carta ancha a los alquileres turísticos en edificios de ámbito residencial. Para que me entiendan mejor: todo aquello que es turístico se puede alquilar por días, semanas o incluso meses, y todo aquello que no lo es; o sea: residencial, no admite este tipo arrendamientos precisamente porque se supone que en las zonas o edificios de carácter residencial, se entiende que viven familias durante todo el año y que no están por la labor de aguantar las idas y venidas de los turistas que en su periodo de vacaciones, evidentemente, pretenden campar a sus anchas y libre albedrío, y ya que lo pagan, y existe una planta hotelera legal magnífica para alojarlos, me parece fenomenal. Ahora bien; lo que ya no me parece tan fenomenal es que instituciones de la talla del Gobierno Balear o del Consell Insular, se saquen leyes y normas de la chistera con el fin de regular lo que ellos creen que debe ser regulado, porque según ellos, existe una oferta ilegal, encubierta que debe legalizarse para poder ser controlada. Y yo me pregunto, si no se debería legalizar también la cocaína y otras drogas, o la prostitución puesto que siguiendo el ejemplo que las instituciones nos dan, de esta forma podría ser mejor controlada. Me da la impresión que les resulta más fácil legalizar todo aquello pernicioso que perseguirlo, y esto tendrá consecuencias irreparables en nuestra sociedad que va a ver como el vecino de enfrente, día tras día y año tras año, siempre es diferente, pero hace siempre los mismos ruidos, practica las mismas juergas y crea los mismos problemas de vecindad. Vayan se preparando aquellas comunidades de vecinos, y usted mismo, para cuando se encuentren que les suena el telefonillo a las tantas de la madrugada y una voz ebria o drogada les pregunta por el piso de la juerga, de la orgía, o de lo que se tercie; no, para nada bueno. Y también, vayan se preparando para encontrarse con destrozos en los portales, vómitos, griterío, alteración del sueño, amén de los gastos ocasionados por limpieza, a los que desde luego nadie se va a hacer cargo. Bueno, nadie que no sea usted y su comunidad de propietarios, porque el arrendador se lavará las manos, y del intermediario, ya ni le cuento.
Por otra parte, todos esos cretinos que no paran de quejarse y nos cuentan que van a controlar el precio de los alquileres, para que así pueda venir mano de obra de la península y otras partes del mundo mundial, a trabajar a las empresas de nuestras islas, - porque según ellos, los alquileres están demasiado elevados por culpa de los arrendatarios que quieren hacer el agosto- , me gustaría saber que están pensando cuando pretenden abrir el melón de miles de viviendas de propiedad horizontal; o sea se: pisos en edificios residenciales, para que se llenen con las agencias online que ni Cristo controla, ni nadie sabe por dónde pillar; y que para colmo, y esto es lo que mosquea, no se queda una perra en las islas.
Hartos estamos ya de ver, como vienen siempre algunos espabilados a hacer negocios que ni tan solo olemos los locales. Esto, ¡Hasta lo podemos tolerar! Hasta incluso toleramos - o mejor aún: soportamos- que se llenen con la oferta ilegal, las carreteras de nuestras islas de atascos y las cunetas de mierda, amén de nuestras depuradoras, explotación de nuestros recursos naturales, etc. Y todo ello, a costa de los establecimientos legales que pagan sus impuestos religiosamente, dan trabajo legal a todos aquellos demandantes de empleo y soportan inspecciones de todo tipo. Y como se diría en Ibiza:¡A mucha honra! Porque podemos dar la cara.
Lo que ya resulta intolerable, es ver en primera línea y de primera mano, como a algunas instituciones que tienen que velar por los intereses de los lugareños, se les va la olla con iniciativas que lo único que hacen, es hacer saltar por los aires el trabajo de cincuenta años y la dedicación de tantos y tantos pioneros del turismo, que ven como esto se va a ir a la porra. Evidentemente, faltan profesionales del turismo en nuestras valiosas instituciones y sobran descerebrados.