Pongámonos en situación. Esto va de una puerta interestelar que permite que los terrícolas se cuelen por ella para ir a parar a otro lugar. Para que me entiendan mejor, un ejemplo: Es como cuando llegan algunos turistas al aeropuerto completamente extasiados; extasiados por las maravillas que les esperan, no piensen mal, y se encuentran a dos guardia civiles en la puerta que les dicen: «pasaporte, por favor». El fogonazo de la puerta intergalactica que se produce, más o menos sería el mismo que el del anuncio de televisión aquel del yayo de la Visa, cuando le suelta la tarjeta a la cajera en aquel pueblo de mala muerte y perdido de la mano de Dios o el de un rayo caído sobre nuestras cabezas. Estamos hablando de «Estargueit». Star Gate en inglés; que ya les adelanto que no es lo mismo que estar gay. No, no. Hemos de reconocer que indudablemente son dos estadios diferentes, aunque el paroxismo pueda llevar a ambas situaciones al infinito, en aquellos terrícolas cuyos polos no opuestos, se atraen. Aquí, entienda me el lector, no se está hablando de bipolaridad, que eso es otra cosa. Bipolar sería además de un polo helado con dos palos, un estado de ánimo, más o menos del estilo de Donal Trump. Por eso, que cuando se abre la puerta de Star Gate, no quiere decir que se estén abriendo más puertas de las necesarias para llegar a otro planeta. No, tampoco. Star Gate es la pera, el ríen ne va plus, porque consiste en una puerta por la que uno entra, y aparece en otro lugar como por arte de magia, y no me sean mal pensados, que tampoco estoy hablando de las tan famosas puertas giratorias, esas, que son otro tipo de puertas, que además de llevar marco, premarco y tapa juntas, sus resultados son mucho más predecibles a efectos de ir de un lado para otro, transfuguismos y otra clase de bichitos aparte. Pues, a ver: ¿quién no se imagina a dónde va a ir a parar cualquier miembro de cualquier Gobierno de cualquier lugar al acabar su carrera política, si no es a un buen cargo apoltronado y remunerado?. Pero ya se lo digo yo: esta puerta es demasiado plausible. Star Gate es algo más. Es la entrada a otro mundo por la puerta grande. No estoy hablando tampoco de la entrada al vip de una discoteca de la isla, ni que la cara iluminada por las luces, del que uno se encuentra en la pista cuando la atraviesa, sea la de un alienígena, que se encuentra en la tercera fase, sino en todo caso, más bien pudiera ser la de un alucienígena que se encuentra en estado gaseoso. Star gate, para que me comprendan mejor, es el camino hacia la felicidad, la ataraxia en estado puro. La puerta de acceso a un lugar en el que el ser humano pueda reencontrar se con sigo mismo. Sin embargo, este, siempre tiene la tendencia a enredarlo todo. Y Si no, que se lo pregunten a los indios tras la llegada de Colón a América. Imaginen, pues por un instante lo que les podría pasar a los pobres alienígenas en el caso de que los terrícolas se les colaran por esa puerta hiper espacial. Así pues, más vale que alguien la cierre y le ponga cerrojo por si acaso a la dichosa puerta, no vayamos a contaminar lo que aún se encuentra en estado puro.
OPINIÓN | Enrique Moreno Torres
Star Gate
Enrique M. Torres | Eivissa |