En el puerto de Eivissa se vierten continuamente aguas fecales sin depurar que provocan contaminación, molestias y una pestilencia insoportable, Se trata de unos hechos difíciles de entender puesto que dichas aguas residuales a veces afloran en la zona norte portuaria, la que alberga dos marinas importantes, pero los últimos vertidos han tenido lugar en el muelle de poniente, en donde amarran las embarcaciones que navegan entre Eivissa y la Savina de Formentera. La cuestión es que no se pueden tolerar los vertidos ocasionales a lo largo de los muelles colindantes con la carretera de Santa Eulària, ni en las marinas ni tampoco en un espacio que recibe las visitas de las mejores embarcaciones de recreo del mundo.
Sabemos que se está esperando la construcción de una nueva depuradora de aguas residuales en sa Coma, pero ya se podría dedicar el conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, a reparar y sustituir viejas tuberías para que las aguas lleguen a la depuradora actual para ser vertidas después por el nuevo emisario de Botafoc. Y otra cosa: cambiar el viejo sistema de bombeo para que las aguas fecales no vayan a parar al torrente de sa Llavanera ni al interior del recinto portuario. Y puesto que no es seguro que el Ministerio de Fomento dé luz verde de manera rápida a la construcción de la nueva estación depuradora, el conseller Miquel Vericad debería ponerse las pilas y encontrar soluciones para que las aguas fecales no se sigan vertiendo en el interior del puerto. Es un tema prioritario, a mi entender, para no dañar más la imagen de la ciudad y el puerto de Eivissa
Bien está que el citado conseller pretenda que Cala Talamanca esté protegida mediante un LIC (Lugar de Interés Comunitario) para proteger las praderas de algas (posidonia) y regular los fondeos, pero entiendo que es más que necesario y urgente salvar al puerto de Eivissa de la contaminación fecal a que está sometido. Algo que sin duda agradecerían los diversos empresarios ubicados en el puerto, el vecindario, las embarcaciones de recreo y, seguramente, la gente de Eivissa volvería a pasear por la zona portuaria, sin malos olores y al fresco, como se había hecho toda vida. A ver si le he convencido, señor conseller de Medi Ambient y lo digo porque sin duda el puerto de Eivissa es el más contaminado de las Baleares. Y puede estar seguro que Mallorca no vendrá a darnos ninguna solución a los problemas planteados.