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OPINIÓN | Joan Miquel Perpinyà

Tagomago no es nuestro

| Eivissa |

No me fastidia que se hagan fiestas, sino únicamente no poder asistir a ellas. Si el sarao se hace en pleno agosto, en el islote de Tagomago y en ella canta Ultra Naté, pues más me fastidia. Pero claro, sucede que en Ibiza se celebran centenares de fiestas privadas y no soy invitado a la inmensa mayoría de ellas. Hay que resignarse, pero si al menos no molestan al vecindario, pues ya es bastante. Recordarán que los medios de comunicación muy imprudentemente calificamos de “ilegal” la fiesta privada que tuvo lugar en Tagomago el viernes 19 de agosto y que, al parecer, terminó a altas horas de la madrugada del sábado. La conselleria de Medio Ambiente del Govern balear abrió una investigación y ahora resulta que no consta y no hay pruebas de que allí sucediera nada ilegal ni susceptible de sanción. Nuestro gozo en un pozo. Se nos olvida que Tagomago es un islote privado, no público. Lo mismo sucede con el islote de s'Espalmador en Formentera. Eso podría solucionarse comprando el terreno, si estuviera a la venta. S'Espalmador lo está, pero Tagomago no. Parece haber sido motivo de indignación general que alguien alquile el islote para celebrar allí una fiesta privada, pero no consta que nadie denunciase ante la Policía Local o la Guardia Civil ni ruidos, ni molestias, ni nada. Es cierto que Tagomago es un territorio que goza de una elevada protección medioambiental y que hay consenso para que esta se incremente, excepto por parte del conseller Vidal, que es quien debe hacerlo. Pero Tagomago no es público, sino privado. Y todos debiéramos respetar un poco más la propiedad privada. Aunque nos jorobe que hagan fiestas y que no nos inviten. Y si no hay pruebas de que se incumplió la legislación, pues hay que resignarse porque Tagomago, aunque no lo crean, tiene dueño y no somos nosotros.

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