Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Función Pública, se llevará 927,5 millones de euros de Baleares en 2018 para distribuirlos en otras comunidades autónomas. El tema es que nuestras islas están batiendo el record de solidaridad con otras regiones españolas en el último año del sistema de financiación, según ha publicado nuestro Periódico. Al mismo tiempo, resulta que desde que entró en vigor (el año 2007) el modelo fiscal, Balears habrá aportado a las arcas del Gobierno Central 7.490 millones de euros. Y Germà Ventayol ha escrito que ¡basta ya! y señala que “no es una cuestión de ser solidarios, sino que se trata de dejar de hacer el primo durante cuatro décadas más”. Por su parte, nuestra consellera de Hacienda, Catalina Cladera, argumenta que el planteamiento de la Comunitat Autònoma de les Illes Balears (CAIB) pasa por pedir que las comunidades tengan mucha más autonomía fiscal y en invertir así las relaciones entre el Govern y Madrid; es decir, la propuesta es que la CAIB recaude y después pague al Gobierno. Ahora es el Gobierno quien recauda y quien paga después a la Comunidad.
Lo cierto es que estamos ante un problema de difícil solución ya que todo se inició después de 1714 y la publicación de los decretos de Nueva Planta. Ya saben que Cataluña, Valencia y Baleares, territorios que hasta entonces estaban integrados en la Corona de Aragón, perdieron la guerra, sus instituciones de autogobierno y nos impusieron el sistema político castellano. Vamos a recordar, por si alguien no lo sabe, que en 1715 el rey Felipe V de Borbón, mediante un decreto de nueva Planta, incorporó las Salines de Eivissa a la rentas de la Corona. Y años después las traspasaron a un mallorquín. ¿Y por qué no se las vendieron a los Ayuntamiento ibicencos, que eran los herederos de la Universitat (institución de autogobierno)? Y así nos va la financiación. Es lo que decíamos en una editorial reciente: la inacabable solidaridad se traduce en menos competitividad y bienestar, de manera que se debe corregir la injusticia. Como ejemplo, uno solamente, recuerdo que no hay manera de que se construya en el municipio de Eivissa una nueva estación depuradora de aguas residuales, que ahora y desde hace demasiados años contaminan el medio ambiente, la bahía y el puerto de Eivissa. A mi modo de ver, la única solución práctica es que el PP y el PSOE se planten ante el Gobierno español de turno, o bien que surja ya un partido regionalista fuerte en la CAIB.
Ecotasa
Aquí, en las Baleares y las Pitiusas, no solamente tenemos que soportar el centralismo de Madrid, sino que también el de Mallorca. El Govern ha previsto duplicar la ecotasa y espera ingresar en sus arcas unos 120 millones de euros. ¡Y tan panchos! La cuestión es que no soy contrario a que se pague dicha tasa, que se aplica en toda la Europa Occidental y en EE.UU., pero sí que la recauden los ayuntamientos y los euros se inviertan en mejorar el municipio. Así se hace en Europa y el PP, que ahora está en la oposición, lo debería investigar, averiguar con todo lujo de detalles y plantearlo en el Parlament. A ver si aprendemos de otros países más políticamente avanzados.