Últimamente, los ciudadanos españoles han tendido a votar a personajes de una indigencia mental apabullante, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que los estragos de la LOGSE cada vez se revelan más devastadores (y más seguirán haciéndolo a medida que pase el tiempo). En su momento, el infausto Rodríguez Zapatero pareció paradigma de lo anterior, pero el líder de esa jaula de grillos totalitaria que es Podemos se ha empeñado, con éxito, en reemplazarlo.
Así, ese licenciado semianalfabeto que afirmó haber leído la «Ética de la razón pura» de Kant (!) y atribuyó a Newton la teoría de la relatividad formulada a principios del siglo XX (!) confirma la opinión de la profesora Roca Barea según la cual «analfabetos los ha habido siempre, lo que pasa es que antes no salían de las universidades». Ese paradigma de licenciado a la moda del todo a cien universitario ha reprochado al Rey «haber gastado 50.000 euros en el collar del Toisón de oro» que impuso a Su hija Leonor hace unos días en Palacio «cuando hay tanta gente en situación de pobreza energética». Me llama la atención que Pablo Iglesias sea capaz de cifrar en 50.000 euros su coste, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de un bien extra commercium que, como tal, ni se compra ni se alquila ni se vende ni se subasta ni se regala, sino que se usufructúa. El profesor (!) Iglesias ignora tal vez en qué consiste el usufructo y, sin duda, que al fallecer cualquiera de sus usufructuarios, el Toisón se devuelve a la Insigne Orden a la que pertenece, por lo que el número de cincuenta y un collares existentes desde 1530 -casi dos tercios de los cuales están hoy sin atribuir- permanece invariable, aunque haya otros con los que hayan sido distinguidas personalidades que no profesan la religión católica por lo que tienen la condición de «supernumerarios». Son cosas que suelen pasar cuando se abordan temas que se ignoran: Kant escribió una Crítica, no una Ética. Einstein formuló la teoría de la relatividad, no Newton y el Toisón de Oro no tiene precio; pero ¿qué más da? cuando lo que pretende el ignorante titulado es hacer adeptos entre otros ignorantes y pescar en el caladero de votos de los resentidos y fracasados, que, como es sabido, no son pocos entre nosotros.