Lo de menos es la verdad. Retener el poder es mucho más importante. Tal parece el principio que empuja a la dirección nacional del PP a sostener a Cristina Cifuentes pese a las peticiones de dimisión formuladas por sus socios de Ciudadanos y a la moción de censura planteada por el PSOE en razón de las falsedades que rodean la concesión de su polémico máster.
Para adecentar un poco la fachada de semejante táctica, la presidenta de Madrid, se ha dirigido por carta al rector de la Universidad Rey Juan Carlos anunciando que renuncia al mencionado título. Un máster que según los hechos conocidos ni cursó ni se sometió a examen -cosa diferente es el título otorgado por la URJC y ahora sometido a investigación judicial-.
La maniobra táctica viene acompañada de un relato ideado para disimular el origen de la polémica -la posesión de un título universitario sobre el que pesan muy fundados indicios de falsificación, actas reconstruida, firmas no reconocidas, profesores que aseguran que nunca examinaron a la señora Cifuentes, etc, -pretendiendo transferir a Ciudadanos el coste político de votar a favor de la moción de censura presentada por el PSOE, que llevaría al partido que lidera Albert Rivera a votar junto Podemos. El relato se complementa con una afirmación que pretende ser dogma: si Ciudadanos vota junto a Podemos, sus electores les pasarán factura. Semejante sofisma no se basa en experiencias electorales anteriores y por lo tanto no pasa de ser una conjetura. Desmentida por cierto por los últimos sondeos de opinión que coinciden en otorgar a Ciudadanos un crecimiento sostenido en expectativa de votos. Pese a ello, difunden dicho argumento como si se tratara de una verdad revelada. Hay un punto de cinismo o desparpajo que se manifiesta en la impostada preocupación de los dirigentes del PP supuestamente preocupados por el futuro electoral de Ciudadanos el partido que, al decir de las encuestas, podría ser la lista más votada en los próximos comicios, arrebatando al PP la primacía en el centro derecha.
Inés Arrimadas, portavoz del partido naranja, reitera que la única salida al alcance del PP -si quiere retener el gobierno de la Comunidad de Madrid- pasa por presentar un candidato alternativo a Cristina Cifuentes. De no hacerlo Ciudadanos se sumaría a la anunciada moción de censura. Consideran que la maniobra de la presidenta madrileña es un pulso político que no les hará cambiar de idea. También entienden que está en juego la credibilidad política de Albert Rivera. Que hoy por hoy es uno de sus puntos fuertes.