A veces pienso que Mariano Rajoy es impermeable a las opiniones ajenas. Son muchas las voces que vienen apuntando la necesidad de que el Gobierno se haga oír fuera de España en lo que se refiere al problema catalán.
Los independentistas han construido un relato falso pero que venden envuelto en celofán con las más modernas técnicas de comunicación y buscando complicidades para su causa. Y ya se sabe que al común de la gente le encanta la historia de David contra Goliat.
Pero España se ha quedado sin relato por la inacción del Gobierno. No puedo creer que los miembros del Gobierno sean tan simplones como para creer que basta con tener razón para que los demás te la den porque es evidente que no es así, no lo ha sido ni en el pasado, ni lo es en el presente ni lo será en el futuro.
La acción diplomática brilla por su ausencia o es tan discreta que no se deben estar enterando ni los destinatarios del «relato» de España si es que lo hubiera.
Me parece a mi que a Mariano Rajoy le supera un poco el mundo de la comunicación pero es que vivimos en el siglo de la comunicación en el que no basta con que las cosas sean como son sino que para los demás las perciban hay que saber explicarlas. Pero nuestro Gobierno no explica nada y lo poco que explica no tiene efecto.
El pasado fin de semana Pedro Sánchez intervino en el congreso de los socialdemócratas alemanes y allí supo explicar los efectos que los nacionalismos disgregadores pueden llegar a tener para la Unión Europea. Bueno, pues en mi opinión está intervención de Sánchez ha sido más que útil. Es más, creo que ante la inacción del Gobierno Pedro Sánchez bien podría reunirse con los líderes europeos para explicarles lo mismo que a los socialdemócratas alemanes. Ya sé que esa no es su responsabilidad directa pero en vista de que el Gobierno brilla por su ausencia alguien tendrá que hacerlo y me parece a mi que Sánchez como secretario general del PSOE puede ser escuchado con atención fuera de nuestras fronteras.
Puede que Mariano Rajoy crea que basta aguantar y no mover un músculo para agotar y rendir al contrario pero me temo que esa táctica con los independentistas ya no da resultado. A la vista está. Si el Gobierno no es capaz de dar su versión de los hechos solo quedará la versión del independentistas o sea «Houston, tenemos un problema».