El tema de los residuos, de los vertidos de la depuradora que conocemos, el apilamiento por los «reinicios» de cientos de containers en San Antonio que se muestran rodeados de un bonito medio natural, el triste espectáculo de las alcantarillas rebosando, mucha tela se está acumulando.
Realmente una isla que vive del turismo y en parte del ocio de lujo, no puede permitirse tener sin resolver infraestructuras mínimas avejentadas, y no solo es importante resolverlas cuanto antes sino modernizarlas porque tecnología para ello hay hoy para aburrir. ¿Tan difícil es pagar un poco más a los parados y que estos dediquen varias horas al día a limpiar y desratizar torrentes y a plantar pinos? Ganaríamos todos, incluso los parados. Por otra parte resulta paradójico que todo ese deterioro ambiental ocurra justamente cuando tenemos en España, en Baleares y en Ibiza gobiernos que se autoproclaman ecolojetas o ecologistas y «reinicianos».
Si a la turismofobia (21.000 turistas menos de enero a agosto) se añade la nula preparación de los políticos, la suciedad del medio, la ralentización de la economía española que es ya evidente y que tanto Turquía, como Túnez y Egipto (que este año va a tener ya once millones de turistas) están recuperando con fuerza su sector turístico, encima la lira turca se ha devaluado mucho, pues hay motivos para escuchar esas señales de alerta y ponernos a trabajar de verdad en nuestro modelo turístico, en refinarlo y hacerlo competitivo, no por abajo sino por arriba.
Ahora bien, tenemos que votar a políticos que sean capaces de hacerlo y que tengan capacidad de gestión, no a loros que están todo el día repitiendo nimiedades y posverdades y que además quieren amordazar a la prensa. En ello está ya trabajando el gobierno que se denomina regenerador y democrático-fake de la vice la Calvo Poyato.