Hace unos días —lo recogió en estas páginas Manu Gon— Enric Ribes i Marí y mi querido amigo desde los tiempos del Instituto Ramón Llull de Palma y de la UIB, el historiador y profesor de la Escuela Universitaria de Turismo Gerard Mora i Ferragut, autor de un libro ya legendario: «El orígens del capitalisme a Mallorca (1776-1895)» (editorial Curial), presentaron el número 64 de la revista semestral «Eivissa» con la bonita portada de una casa enjalbegada tradicional de dos plantas. La revista, con artículos de variada temática, incide, gracias a un artículo de Isidor Marí, en la juventud de quien fue el factótum de la cultura ebusitana, Isidoro Macabich, personaje que siempre me ha interesado mucho, no sólo por lo bien que escribía o historiaba sino como poeta y como tantas cosas. A modo de homenaje al joven y al viejo Macabich vamos a aportar ahora una serie de datos creo que desconocidos. Por ejemplo, en el periódico madrileño La Correspondencia de España (10 de diciembre de 1912) se lee en la sección «Casa Real» que Alfonso XIII, además de recibir militares e indultar a algún penado, ha firmado el decreto por el que Macabich es nombrado canónigo de la Santa Catedral de Ibiza y el único propuesto por el tribunal de oposición. El nombramiento también salió en todos los periódicos importantes de Madrid. El otro día me tope en la Biblioteca Nacional con un número de la revista «Vida social femenina» editada en Barcelona (1936) con un poema de Maria Antonia Salvá y otro de mossèn Macabich, «Flos d´enmetllé» escrito en ibicenco: «Ja estenen ufanases per tota sa planària / es seu nítid mantell es foscos enmetllers; / Ja Ve sa primavera: Aqueixos poms que esclaten / son es seus missatgers».
Opinión/Jesús García Marín
Sobre don Isidoro Macabich
Jesús García Marín. | Eivissa |