Parece evidente que ni PP ni PSOE tienen claras sus opciones de poder gobernar en las diferentes instituciones de la isla. Por primera vez no es sólo la izquierda la que concurre dividida, sino que esta vez habrá dos papeletas para la derecha y una para la extrema derecha, lo cual supone una seria amenaza para la gobernabilidad de nuestras administraciones. El pluralismo político es, sin duda, un síntoma de salud democrática pero también puede obligar a realizar pactos impensables que estanquen la gestión.
En lo que respecta al PSOE, se ha apostado por la continuidad y el único cartel que cambia es el de Sant Antoni, dónde Simón Planells tendrá que afrontar el reto de aspirar a la alcaldía después de quedar 3° en las elecciones al Senado y después de una legislatura nefasta y una gestión pésima por parte de Pep Cires y su ya roto equipo de gobierno. Parece que 4 años han sido suficientes para el Presidente del Club Náutico, después de una legislatura marcada por los escándalos y el banquillo de los acusados. Han vulnerado de manera manifiesta el Código Ético del PSOE manteniendo en la silla a Aída Alcaraz (doblemente querellada) contra la que el juez ha abierto juicio oral al apreciar indicios de un delito de acoso laboral contra el jefe de Policía, han vapuleado el Pacto Antitransfuguismo al mantener en la concejalía de urbanismo a la regidora tránsfuga Cristina Ribas y ahora se enfrentan a numerosos procesos judiciales que prueban la mala gestión de los socialistas en Sant Antoni. No contentos con ello, sus socios de Reinicia, que ahora se han diluído en la lista electoral del PSOE, se han dedicado a burlarse de los funcionarios del cuerpo de Policía (Pablo Valdés) e incluso llegando a insultar al inspector jefe de la Policía Local (Fran Tienda). Cómo deben de estar los socialistas portmanyins para que se vean obligados completar su lista con tránsfugas y miembros de otros partidos. Marcos Serra (PP) lo tiene de cara, pero la fragmentación del voto podría implicar la necesidad de llegar a acuerdos con otras formaciones para poder llegar a la alcaldía del municipio y recuperar el timón de un Ayuntamiento que los socialistas y Reincia han llevado a la deriva.
Caso similar es el del Consell d'Eivissa, dónde han pasado 4 años marcados por la negligencia, la incompetencia y el nepotismo. Tuvo que dimitir un conseller (Miguel Vericad), a otro le tienen usurpar las competencias (David Ribas) y a otra la mantienen pese a su nefasta gestión para salvar los muebles del pacto de gobierno (Lydia Jurado). No contentos con ello, se atreven a modificar el PTI a dos meses de las elecciones con más de 2.400 alegaciones sin ningún consenso político y a espaldas de la ciudadanía. Se han vanagloriado de aprobar los presupuestos más altos de la historia, pero no le han contado a los ibicencos que no han sabido ejecutar más de un 55% del mismo, lo cual pone de manifiesto que sus cifras son meros brindis al Sol. Si en algo ha superado Vicent Torres (PSOE) al resto de expresidentes es en el número de fotos. Fotos en innumerables pasarelas, eventos e incluso llegando a anunciar 3 veces unas viviendas de protección oficial que aún no cuentan con un solo ladrillo. Ante esta situación, el PP de Ibiza ha sacado toda su artillería y ha presentado a Vicent Marí para ocupar la 5a planta del Consell. Una apuesta por un alcalde que conoce bien el funcionamiento de la Administración y que goza de un merecido prestigio por una buena gestión en su municipio.
En la reciente capital de la isla, Rafa Ruiz reza a todos los Santos para poder reeditar un acuerdo electoral con las distintas formaciones de izquierdas que le permita seguir en Can Botino y seguir sacando pecho de ausentarse de las celebraciones de la Patrona de Ibiza. Seguramente sea el municipio dónde va a haber una mayor variedad de partidos representados más allá de los habituales. La flamante coalición Proposta per Eivissa apuesta por el tándem Roldán y Carmen Tur para poner orden en el municipio, sabiendo que son dos personas conocedoras del municipio y que se han implicado mucho en la vida política y social de Vila; mientras Joan Ribas y Aitor Morrás se disputarán los votos de izquierdas que Ruiz no consiga capitalizar. En el PP saben que Vila es la puerta de entrada del gobierno al Consell y para ello han presentado a la alcaldía a nada menos que José Vicente Marí Bosó, un abogado con reconocida experiencia como Conseller de Hacienda del Govern Balear y como diputado nacional que tendrá como misión que el voto de derechas se focalice en su candidatura para evitar otro gobierno de una coalición de izquierdas.
Todo ello a falta de conocer los nombres de los candidatos de Ciudadanos, que sin duda entrarán con fuerza en prácticamente todas las instituciones de la isla. Para los analistas y los periodistas estas elecciones son un bombón de licor. Esperemos que los ciudadanos también acaben con un buen sabor de boca después de los comicios del próximo 26 de mayo.