Estamos en campaña electoral y si alguien tenia alguna duda de ello, basta con que dé una rápida ojeada a cualquier periódico y podrá observar como la mayoría de artículos corresponden a promesas electorales, que los diferentes partidos políticos van anunciando para la próxima legislatura.
Cabe señalar, que todo lo que se promete en campaña, sólo será ejecutable o factible en el caso de que el partido que lo haya anunciado, acabe gobernando. Pero, además, se dan casos que resultan cuanto menos curiosos y que necesariamente hacen que alguna de esas propuestas electorales deban dejarse en cuarentena. En ocasiones debería ser así por que el partido que las anuncia, no tiene la más mínima posibilidad de llegar a gobernar. En otros casos, por que el partido que las defiende, si bien tiene posibilidades reales de llegar a gobernar alguna institución, ya sea local o autonómica, resulta que en ocasiones anteriores en las que ya gobernó, no hizo absolutamente nada sobre el mismo tema.
Cuando eso ocurre, no resulta nada extraño que al ciudadano de a pie le surjan numerosas dudas sobre la voluntad real del partido en cuestión, a cerca del posible cumplimiento en un futuro inmediato de lo que insistentemente se viene prometiendo en campaña electoral. Sobre todo cuando se ha podido constatar que recientemente se ha ido en la dirección totalmente opuesta a la que anuncia para la próxima legislatura. O lo que es peor todavía, cuando ya se había hecho algo sobre el tema que se trate y luego se deshizo sin argumento sólido que lo justificase.
Y es en uno de estos casos en el que me gustaría detenerme, ya que me llama poderosamente la atención. Y es que cuando se habla de la problemática de la vivienda en Formentera, la primera medida que sistemáticamente se anuncia por parte del partido socialista en la isla, es la «apertura de una oficina insular de la vivienda, en coordinación con el IBAVI».
¿Por qué llama la atención esta propuesta que ahora se plantea como la panacea para la resolución de la conflictiva situación?. Pues simplemente porque no es nueva y, de hecho, la oficina en cuestión ya existe y se puso en funcionamiento a finales de febrero de 2016.
Y eso es así, ya que fui yo mismo quien nada más ocupar el cargo de Conseller del Govern balear, trabaje desde el primer día para poder abrir oficinas del IBAVI en las tres islas que no disponían de ella: Menorca, Eivissa y Formentera. Después de un intenso trabajo en los primeros meses de la legislatura, en el primer trimestre de 2016, se pudieron abrir oficinas en las tres islas.
Pero lo cierto es que con el cambio de responsable en la conselleria por motivos de salud, desde el propio Govern se decidió, simplemente transcurrido un mes desde su puesta en funcionamiento, que no era necesaria esa oficina permanente en la isla, abierta de lunes a viernes, para atender a todos aquellos que necesitaran información o ayuda sobre cualquier trámite relacionado con la vivienda pública. La oficina insular, pasó a estar abierta solo unas pocas horas a la semana, siendo atendida por personal que se desplazaba desde la de Ibiza o la de Palma, a tal efecto. El argumento utilizado por el nuevo responsable de la conselleria, fue que no había suficiente trabajo para mantener la oficina en las mismas condiciones que en el resto de las islas; argumento que como ya era previsible el tiempo ha demostrado que era totalmente ficticio.
Y lo que resulta chocante, es que los mismos que en su momento no se plantaron ante una decisión de Palma que suponía un agravio comparativo para la isla de Formentera, aceptándolo sin más, vendan ahora la idea como si se tratara de una novedad.
Eso ha ocurrido en Formentera, pero en las oficinas de Menorca y Eivissa, tampoco se ha producido la mejora en el servicio que se presta y que hubiera sido de esperar; manteniéndolo prácticamente igual que en el momento de su puesta en marcha. El movimiento se demuestra andando y lo cierto es que ese tipo de servicio, se ha demostrado que es realmente necesario en todas las islas, sin excepción. Hay que potenciarlas, comprometiendo los próximos presupuestos para mejorar sustancialmente la atención a los ciudadanos de las islas, en una materia crucial como es la vivienda.
El movimiento se demuestra andando y lo que sirve a la hora de atacar un problema, no son los anuncios y promesas que luego puedan quedar en el aire, o que se desmontan con la misma facilidad que un castillo de naipes.