Parece que el nuevo conseller de Medi Ambient del Govern, Miquel Mir, no se enteró muy bien sobre todo lo ocurrido cuando a su antecesor en el cargo, Vicenç Vidal, se le ocurrió recurrir a pistoleros para matar a las cabras de es Vedrá. No es el momento ni el lugar de sacar pecho por ser el único medio que defendió que aquella acción fue una barbaridad cuando había otras alternativas, por mucho que en Mallorca sea habitual liquidar cabras a balazos en la Serra de Tramontana.
Aquella torpeza de Vicenç Vidal tuvo muchas consecuencias. Su prepotencia y su mala gestión del asunto provocaron una manifestación delante del Consell d'Eivissa, donde se encontraba estoicamente defendiendo la matanza en solitario el entonces conseller Miquel Vericad, que como todo el mundo sabe no ha abandonado la política por la puerta grande.
Pues ahora Mir se hace el sueco y dice que no sabe nada sobre la propuesta del Consell d'Eivissa de sacar vivas las cabras de es Vedrá como alternativa al fallido método de las escopetas, que como todo el mundo sabe fue un fracaso porque ni siquiera mataron a todos los animales que había en el islote. Allí quedaron supervivientes que se reprodujeron y ahora provocan la destrucción de las plantas autóctonas que deben protegerse bajo amenaza de una sanción de la Unión Europea.
Más le vale a Mir que busque bien entre los cajones y que encuentre la propuesta del Consell d'Eivissa sobre el método a seguir en es Vedrá porque si utiliza las escopetas, como el conseller sugiere, se puede armar un importante lío en Ibiza y delante no tiene un gobierno insular sumiso como había hace unos años. No sea torpe, conseller, y pregunte a su compañero, el senador Vidal. Porque aquel episodio de es Vedrá no se ha olvidado tan fácilmente en Ibiza.