A raíz de la decisión tomada por mayoría en el último pleno de Sant Antoni sobre que tipo de operativa se propone por parte de la corporación local para el puerto situado en su municipio, son diversas las opiniones que algunos han ido vertiendo estos días en contra de la citada decisión.
Tanto el capitán marítimo de Ibiza y Formentera, como el delegado en las Pitiusas de la patronal de las navieras (Apeam), se han mostrado abiertamente a favor del regreso de los ferrys a Sant Antoni y por tanto en contra de la resolución aprobada por el ayuntamiento de Portmany.
El capitán marítimo ha calificado de barbaridad la decisión municipal, mostrando su total disconformidad con la misma y tratando de exponer numerosos motivos para ello. Su postura es tan extremista, que ni tan siquiera aceptaría la propuesta de que el puerto pudiera quedar operativo para el trafico comercial, solo en el caso de emergencia en el supuesto que el de Vila quedara temporalmente inoperativo a causa de algún incidente. Los argumentos utilizados por el capitán resultan más bien peregrinos y como ejemplo vaya la siguiente frase tan poco convincente: “Desde el punto de vista técnico es difícil asumir que no exista un puerto donde existe uno”. ¿Y eso por que?, ¿solo por que él lo dice?. No aporta dato alguno que avale tal argumento.
Tampoco parece muy razonable su afirmación de que tal decisión municipal afecta negativamente al tráfico con la Península y con Mallorca, ya que este tráfico está perfectamente cubierto y garantizado con el puerto de Vila. Nuevamente un argumento muy poco convincente, como la mayoría de los que incluirá el capitán en un informe que la entidad portuaria le ha encargado; informe que con seguridad será totalmente parcial y que avalará el criterio del conseller de Mobitat i Habitatge del Govern, exactamente igual que ocurrió con el que se encargo a una empresa externa y al que ya me referí en otro artículo.
Igual de interesada y parcial es la otra opinión favorable al regreso de los ferrys, del delegado de Apeam, o sea de las navieras. Como no podía ser de otro modo, para él todo el problema se limita a las supuestas irregularidades que cometen en el ámbito de la bahía los hoteles de la zona y el Club Náutico. Parece importarle muy poco los problemas que el trafico de camiones provoca en el entorno de circulación del puerto, ni las molestias que por la operativa de los ferrys tienen que sufrir los residentes de todos los domicilios que están prácticamente pegados a los muelles donde atracan estos barcos, sin querer recordar que los domicilios mencionados ya existían antes de que los ferrys empezaran a atracar en ese puerto. Y por supuesto parece del todo innecesario y poco cívico tener que insultar llamando ignorantes a todos los que no opinan como él, ni defienden sus mismos intereses, que no son otros que los económicos de las navieras. La educación nunca está de más.
Capítulo a parte merece la falta de empatía y voluntad política demostrada por la consellería de Mobilitat del Govern, en todo este asunto. Parece claro que lo que sin duda más convence a la misma, son los pingües beneficios que espera obtener con el regreso de los ferrys a Sant Antoni. En sus últimas declaraciones el conseller Pons ha afirmado que intentará encontrar una solución que satisfaga a las dos partes, que viene a ser lo mismo que decir que no quiere ferrys, pero que le parece bien que los haya.
Por otro lado también ha afirmado que tendrá en cuenta lo aprobado por el pleno municipal, pero dejando caer en tono evidentemente amenazante, que el puerto no es municipal, sino autonómico. Estas declaraciones hacen que debamos hacernos algunas preguntas: ¿se atrevería a mostrarse tan altivo y amenazante si tuviera que tomar una drástica decisión que afectara al puerto de Ciutadella en Menorca?, o ¿decidiría algo en ese caso que fuese en contra de la voluntad del pleno de ese ayuntamiento menorquín?
Menos cortinas de humo y más respeto por la decisión que en este caso han tomado por mayoría los representantes electos de la ciudadanía del municipio que integra en su casco urbano esta instalación portuaria.