Este viernes y sábado el muelle comercial del Puerto de Ibiza acogió el festival Sueños de Libertad. Después de un año de parón por el coronavirus había muchas ganas de música y el aforo estaba casi completo para ver en directo a Ana Tijoux, Muchachito Bombo Infierno, Love of Lesbian o los ibicencos Billy Flamingos que, por cierto, ofrecieron una tremenda actuación. Es cierto que las mesas y las sillas y el no poder bailar deslucieron un poco todo pero es la nueva normalidad a la que tendremos que acostumbrarnos hasta que pase por fin este mal sueño. Desgraciadamente lo que no cambia, ni con unas cosas ni con otras, es cómo vivimos actualmente lo que nos rodea. En un momento de su concierto, entre canción y canción, Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian, dijo «qué difícil es vivir el presente en este presente». Suena a filosófico, a estrofa de uno de sus temas o a trabalenguas si me apuran, pero es una reflexión cargada de razón.
Hoy en día estamos más pendientes de grabar un vídeo o una story con el móvil para nuestras redes sociales que de disfrutar en directo de una canción de uno de los grupos de mayor éxito en España. Vivimos ajenos al privilegio que supone volver a disfrutar de una canción al aire libre tras tantas restricciones, a la maravilla de hacerlo con el mar en un lado y Dalt Vila y la Marina en otro, en una estampa que parece un croma de serie de televisión. Vivimos ajenos a la realidad presente para vivir otra en muchos casos inventada en la que transmitimos algo que no somos mientras que todo va demasiado rápido sin ser conscientes de que en un parpadeo habremos perdido un momento que ya jamás volverá. Tal vez pensamos que lo podremos recuperar viendo una y otra vez una grabación que nos sirve para decir al mundo que estuvimos allí, que somos muy felices y que no existimos si no estamos en las redes sociales. La demostración de «lo difícil que es vivir el presente en este presente».