Los socialistas de Ibiza han abierto un nuevo debate insólito hasta ahora en la isla. Tras la sentencia favorable a la ex concejala Aida Alcaraz por la denuncia del jefe de Policía piden que el funcionario sea destituido de sus funciones por haber perdido la demanda sin esperar el pronunciamiento del Supremo, que a veces suele dar sorpresas.
Con la dimisión de Verdugo se haría justicia, dicen, porque evidentemente Alcaraz ha pasado unos años complicados a nivel personal tras la apertura del juicio oral, algo que nadie puede discutir. Me alegra especialmente que se entre en esta dinámica aunque lamentable se llega tarde. Sin ir más lejos, nadie del PSOE pidió al archivarse el mal llamado “caso Prensa Pitiusa” que la alcaldesa que tuvo que dimitir por este asunto fuese repuesta en su cargo y tampoco pidieron disculpas al editor de dicho medio por el acoso político y mediático que sufrió durante meses.
Hubo silencio absoluto y alguno incluso se atrevió a escribir que, aunque se archivase la causa, lo que sí hubo fue falta de ética en la actuación política. Con lo fácil que era callarse y disculparse, pero allá seguían ellos erre que erre con sus fobias y filias cuando hasta un concejal admitió que se trataba de un montaje político. Y tampoco hace falta irse muy lejos para recordar denuncias presentadas por los ahora ofendidos y sensibles dirigentes socialistas, que acabaron archivados sin necesidad de juicio.
Hubiese estado bien pedir disculpas a personas que estuvieron en calabozos, que no debe ser una experiencia nada agradable, por denuncias sin fundamento jurídico simplemente presentadas para dañar la imagen de los rivales políticos. Podría dar muchos nombres de afectados por dichas denuncias promovidas por el PSOE desde el Govern o el Ayuntamiento de Palma pero no bastaría el artículo entero. No ha habido ni un simple “lo siento”. Ya saben aquel dicho “el que siembra vientos recoge tempestades”, que se puede aplicar perfectamente en este caso.