Encontrar un hogar en Ibiza es un privilegio que cuesta mucho conseguir. Sinceramente nunca le había dado tanta importancia a esta palabra, supongo que porque nunca antes me había faltado esa sensación de seguridad y comodidad que solo sientes cuando estás en tu casa. Sin duda, el problema de la vivienda dilata cualquier intento de encontrar un verdadero hogar en Ibiza, puesto que esta situación te obliga a compartir piso con gente totalmente desconocida para poder pagar alquileres que sobrepasan los 1.500 euros mensuales.
En el mejor de los casos, esta convivencia puede llegar a ser muy acogedora, pero difícilmente podrás llegar a experimentar esa sensación plena de bienestar que siempre te ha ofrecido tu hogar familiar. Al fin y al cabo, llegar a construir un ambiente así es lo que desea mucha gente cuando coge las maletas dispuesta a iniciar una gran aventura en la isla. La mayoría de trabajadores, me incluyo, llegamos muy ilusionados y expectantes al aterrizar. Sin embargo, esta problemática de la vivienda te hace dudar de si puedes encajar aquí o no porque eres consciente de que esta situación amenaza con eternizarse. Hay días que sientes, de forma muy evidente, la ambigüedad que te ofrece Ibiza porque se podría decir que la isla te abraza pero también te asfixia, sobre todo económicamente.
Sin duda, creo que los trabajadores anuales seguimos siendo los más perjudicados de esta situación. Es cierto que recibimos sueldos decentes, más elevados que en la Península, pero hay meses que tienes que hacer auténticos malabares para poder cubrir los gastos del costo de la vivienda. A veces me pregunto: ¿Qué será de Ibiza dentro de tres o cuatro años? ¿Seguiré viviendo aquí o habré regresado a Valencia? No sé lo que pasará, pero seguiré intentando construir aquí mi propio hogar familiar.