El 4 de julio de 1987 fue localizado el cadáver del ciudadano italiano, Giancarlo Luzatto a los pies del acantilado de la punta de l'Anguila, muy cerca del racó de s'alga en la costa del cap de Barbaria en Formentera. Giancarlo tenía 51 años y había sido un ciudadano del mundo, que había recorrido los cinco continentes, se casó en Alemania y tuvo un hijo y volvió a ser padre en la polinesia, de Vaitua Make.
La última vez que vio a su hijo tahitiano, este tenía dos años y desde entonces se le perdió la pista. Vaitua fue criado en las antípodas por su abuela y cuando llegó a la mayoría de edad decidió que quería conocer a su misterioso padre, a pesar que a su madre no le parecía una buena idea. La incansable búsqueda trajo a Vaitua a Europa para intentar seguir los pasos de su progenitor, instalándose primero en Italia y actualmente en Francia.
Sus pesquisas y la colaboración de un programa de televisión italiano especializado en la búsqueda de desaparecidos, localizaron el certificado de defunción de Giancarlo en Formentera. Vaitua lleva un par de semanas en la isla adonde ha venido con la voluntad de localizar los restos de su padre, tarea que no ha resultado nada fácil. Pero finalmente y gracias a la implicación de algunos formenterenses, Vaitua ha podido saber el punto exacto del cementerio de Sant Francesc en el que descansa su desconocido padre.
Durante todos estos años, el hijo, tenía unas viejas fotos de su padre, algunos poemas y un libro que había escrito el hombre que le dio la vida. Con esos elementos y con lo poco que le explicaban su madre y su abuela acabó creándose una imagen de su padre que iba enriqueciendo con las informaciones que iba conociendo en su investigación. Vaitua ha conseguido cerrar un capítulo de su vida en la búsqueda de sus orígenes.