Un virus al que no vemos, al menos a simple vista, paralizó el mundo. Ya hemos visto las consecuencias en nuestra isla. Ahora, un millón de personas vuelven a quedar confinadas en Wuhan, la ciudad china en la que se cree se originó la pandemia de coronavirus.
A día de hoy, los incendios han arrasado más de 160.00 hectáreas en España, según los datos de Miteco hasta el 31 de julio. A 7 de agosto, EFFIS eleva la cifra a más de 230.000 hectáreas.
Los incendios que más preocupan son los de la provincia de Ourense, de Boca de Huérgano (León) y de Sierra de Gata (Cáceres). Nuestros antepasados tenían el bosque limpio de matorrales, a los animales sueltos ya que limpiaban los bosques y los árboles limpios de corteza y ramas que empleaban para hacer sitges, hornos de cal, de alquitrán. Si se declaraba un incendio se unían, fueron vecinos o no, para apagarlo.
Menos mal que ahora somos previsores. Tenemos nuestros bosques con cortafuegos, con mantenimiento, limpios de monte bajo, con planes de prevención, con los árboles podados y con reuniones periódicas con los propietarios de bosque que son los que conocen el terreno, sin menospreciar a los profesionales: UME, bomberos forestales, agentes forestales, Guardia Civil Seprona, retenes forestales, brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales-BRIF-, voluntarios, desgraciadamente cada vez menos, vigilantes en las torres de vigilancia, y hemos invertido en tener helicópteros y aviones permanentes en la isla y con el personal que se requiere, lo que nos da seguridad.
La sección del Regimiento Palma 47 se desplazó a Ibiza durante cuatro días, del lunes 8 al jueves 11 y llevaron a cabo, entre otros, un reconocimiento geográfico para la prevención de incendios y así podemos estar más tranquilos.
¿Qué sería de la isla si se declarase un incendio de las magnitudes de alguno de la Península?¡ El fin de nuestro turismo y la ruina! Todos, absolutamente todos, directa o indirectamente vivimos del turismo
El pasado domingo puede comprobar que en San Antonio los terrenos cercanos al campo de fútbol y de la parada de autobuses estaban en perfectas condiciones. Los terrenos se habían segado. Vean cómo han desbrozado los bordes de la carretera vieja de san Mateo para evitar que alguna colilla mal tirada prendiera fuego.
Da gusto ver lo precavidos que somos en la conservación de nuestro patrimonio forestal y, para ello, tenemos dinero reservado para las emergencias. Nuestros políticos siempre están pendientes de poner solución a los problemas. Igual podríamos ir pensando en el aprovechamiento que podríamos hacer de nuestros bosques y crear alguna industria de lo que tan escasos estamos en la isla.