La presidenta del Govern se mostró partidaria de que los convenios colectivos que se van a comenzar a negociar por parte de los agentes sociales, contemplen «subidas históricas» de los salarios. Francina Armengol, durante unos desayunos informativos, dijo ayer: «Si nuestra economía se ha recuperado con más fuerza que ninguna otra, si el turismo ha generado unos resultados que los empresarios consideran históricos, la negociación para actualizar los salarios en los próximos meses tiene que prever subidas igualmente históricas». Su reflexión es impecable, siempre que se constate que los resultados han sido históricos, lo cual es algo prematuro porque si bien ha habido una gran afluencia de visitantes, también han sido históricos los costes que las empresas han tenido que afrontar.
Es posible que la presidenta se esté refiriendo al sector hotelero en general, pero el convenio de hostelería es el mismo en toda Baleares e incluye a los restaurantes, cuyo balance no es el mismo que el de los hoteleros. Además, en Ibiza y Formentera una gran mayoría de la planta hotelera está en manos de empresas pequeñas, a menudo familiares, con un único establecimiento. Su balance de la temporada no puede equipararse al que han hecho algunos representantes de grandes cadenas hoteleras multinacionales, incluso cotizadas en bolsa. Pero también son históricas las cifras de recaudación tributaria del Govern balear y del Gobierno de España; y sin embargo la subida salarial a los funcionarios para 2023 se limita a un exiguo 2,5 % más un 1 % variable. No se puede afirmar, por tanto, que la Administración, ante resultados históricos, acuerde para la función pública una subida salarial histórica. Por tanto, no es coherente que se exija a la empresa privada lo que no se hace en el sector público.