Créanme si les digo que me gustaría aprovechar este espacio para, al menos una vez, decir que algo está cambiando en Correos y que es para bien. Que las cosas empiezan a hacerse con criterio y que se ve la luz en la toma de decisiones. ¡Vana esperanza la mía! Más bien parece que se juega por parte de la dirección a poner cada vez más zancadillas a los trabajadores, a ver si así abandonan para poder entregar la empresa a manos privadas, que es lo que, a tenor de la dinámica mostrada en los últimos años, parece ser el verdadero objeto de deseo del sr Serrano. Les recuerdo que éste es el señor que en su calidad de presidente anunció a bombo y platillo la adquisición de un avión para establecer un proyecto empresarial que abriría rutas de negocio con Sudamérica y Oriente y que, un año y medio después, tiene al mencionado avión escondido en el aeropuerto de Palma con un absoluto cero de rendimiento y sumando pérdidas por mantenimiento.
Pero por centrarme en detalles más visibles y que tienen que ver con la dinámica propia del funcionamiento de Correos en nuestras islas, clama al cielo la vergonzosa política de contratación.
O más bien, de no contratación, porque en lo que llevamos de año no se está pudiendo cubrir las ausencias por baja o vacaciones simplemente porque no hay dinero. Así de simple. Y es que el presupuesto destinado a tal efecto para este año se consumió en el anterior y en enero se empezó con un déficit de más de un millón de euros. El resultado es que los compañeros de reparto tienen que dar salida a sus propias rutas y cubrir las que quedan sin servicio con lo que nunca pueden llevar al día su tarea. Quejas.
Hubiera sido de gran ayuda económica mantener en Palma el servicio de entrega de notificaciones oficiales pero el año pasado fue asignado a una empresa privada tras una decisión política. El resultado es conocido: cientos de documentos no entregados que podrían costar millones en forma de demandas practicadas por particulares perjudicados. El servicio ha vuelto a asignarse a Correos pero como no hay personal suficiente, y repito, no hay contratación, se va acumulando la tarea. Más quejas. Se aseguró que para esta campaña electoral en ciernes se contrataría gente para el período que va del 8 al 28 de mayo pero, ¿cuánta gente está dispuesta a firmar para tres semanas pudiendo encontrar trabajo en hostelería o comercios? Y como consecuencia de esto, ¿aguantarán los trabajadores las 12 horas que están teniendo que hacer para paliar la falta de personal?
Al jefe del Sr. Serrano, el presidente Sánchez, le gusta hablar de las cifras de creación de trabajo.
Este es un buen momento para demostrar que se apuesta por la empresa pública, que se cuida el proyecto y que se buscan soluciones que no tienen que ver con el cortoplacismo y sí con la mejora de una plantilla y consecuentemente, del servicio que se le da al ciudadano.
La postura oficial es que incorporar a gente es un gasto. Más bien parece gasto comprar un avión y no utilizarlo o hacer anuncios sobre la conciliación familiar de los trabajadores cosa que, dicho sea de paso, no se cumple porque ellos no lo propician, porque se encargan de poner trabas. Por ejemplo, los días de asuntos propios pueden ser cancelados por necesidades del servicio. Otra más: en la Administración se ayuda a los trabajadores con hijos menores de 12 años facilitando cambios de horarios en función de las necesidades. En Correos es para padres de hijos menores de 3 años.
¿Dónde está la facilidad para la conciliación familiar? De todos es sabido que una empresa obtiene más rendimiento si sus trabajadores se sienten contentos. Lástima que el sr Serrano faltara el día que lo explicaron.