Con la temporada viento en popa y a toda vela, pululan por los medios de comunicación isleños los habituales amargaditos quejándose de todo. Que si hay mucha gente, que si no podemos ir a la playa, que si no se puede circular porque está todo atascado, que si nadie habla catalán, que si no nos respetan, que si desaparecen nuestras señas de identidad, que si… Nos hablan de supuestos familiares que no pueden venir a Ibiza porque no encuentran hotel o de también supuestos amigos que abandonan la isla con el corazón roto ante tanta horda turística. Y, obviamente, del problema de la vivienda y de la falta de médicos.
Nunca los verán proponer soluciones. Quejas, todas las que se puedan imaginar y más. Pero formas de solventar los problemas, ni una. Normal, considerando que muchos de ellos desprenden un tufo a supremacismo que apesta y, como que no son totalmente tontos, saben que si asoman la patita les caerá la del pulpo y con razón. A mí me resultan de lo más cargante y no entiendo cómo han llegado a marcar la agenda de los políticos en esta isla. Los cargos públicos, sean del partido que sean, no pueden dejarse llevar por los lamentos de quienes no aportan nada a la sociedad, salvo amargura.
No seré yo quien diga que aquí todo se hace bien porque tampoco es cierto. Pero, oigan, pretender tener en julio una playa para ti solo o que no haya ni un coche en la carretera cuando tú decides circular con el tuyo, me parece de lo más infantil. Además de hipócrita porque, si tanto les molesta que la gente vaya a la playa o que los conductores conduzcan, deberían ser ellos los primeros que no hicieran ninguna de estas cosas. Cansinos…
Corazón, tomate una tila .... triple. ji ji, que mujer....