Toda Ibiza lamenta el cierre precipitado de SLUIZ. Reina la incomprensión entre clientes de este emblemático establecimiento que se había caracterizado por su originalidad y su personalidad propia. Los mismos gestores han reconocido que estaban desarrollando una actividad prohibida en suelo rústico sin disponer del correspondiente título habilitante (licencia o declaración de interés general). Después de cerrar otro establecimiento emblemático como «La Choza», ahora Santa Eulalia procede a la clausura de SLUIZ en atención no sólo a la normativa vigente, sino en cumplimiento de una sentencia.
La incógnita es ahora sobre el futuro. Los propios vecinos de Santa Gertrudis ya le ganaron un pulso a la propiedad y al mismo Ayuntamiento en el pasado, cuando la presión popular frenó el proyecto de La Diosa, una discoteca que se pretendía instalar en esos terrenos. Las malas lenguas (que siempre suelen acertar) alertan de otro proyecto que planea la propiedad, tras haber recibido una suculenta oferta de un fondo de inversión.
Es aquí donde se verá si el Ayuntamiento actúa con la misma contundencia o volverá a enfrentarse a los vecinos, dispuestos a dar la batalla para que nadie perturbe la paz y la singularidad de un pueblo que ha pasado de ser un sitio de paso a un enclave imprescindible en la lista de cualquier visitante o residente.
En esa ocasión, los tribunales dieron la razón a los vecinos. En 2012 tuvo que ser el Tribunal Superior de Justicia de Baleares el que ratificara la ilegalidad de esa discoteca, criticando la «permisividad» y tachando la actitud de la administración como «totalmente reprochable y contraria a derecho». Esperemos que esta vez no sea necesaria la presión popular, y los terrenos de Can Malacosta no se conviertan en un dolor de cabeza.