Ella se llama… vamos a ponerle, Raquel. Trabaja en la recepción de un hotel en… vamos a suponer, Platja d’en Bossa. Ha llegado hace dos meses, es simpática y dicharachera. Tiene poco más de 20 años y viene a comerse el mundo. De día trabaja, de noche de fiesta. Se queja, eso sí, de que ha tenido que alquilar un piso compartido con otra persona para poder pagarlo. Ella se lo cuenta a todo el mundo. «Menudos jetas en Ibiza los dueños de los pisos» - va diciendo a quien quiere escucharla- «es que aquí no piensan en la gente, en los trabajadores, solo quieren hacerse ricos ellos». Así que sin ningún miramiento, decide hacerse una cama en el salón y realquilar su habitación por el importe total que le cobran del alquiler del piso a ella y a su compañero. Encuentran rápidamente a un pobre desgraciado que no tiene donde pasar las noches después de trabajar 15 horas en un Beach club. Ella sigue despotricando contra el dueño del piso que se lo alquila por 1.800 euros (ella paga la mitad y, repito, alquila una habitación por los 1.800 que les cobran a ellos). «Además, cuando nos vayamos del piso le pienso cagar (sic) toda la casa, se la voy a dejar echa un asco, para que aprendan a no ser tan avariciosos a costa de los trabajadores».
El claro ejemplo de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. El gravísimo problema de la vivienda en Ibiza tiene muchos y diversos orígenes. Hemos abierto un melón muy difícil de volver a cerrar, hemos abierto las puertas y las ventanas a comportamientos incívicos, poco éticos, ilegales y codiciosos. Cada verano usureros de todas las partes del mundo se dan cita en esta isla donde, seguramente, el origen de todo fue nuestra propia codicia. Escucharlo de la boca de una chica tan joven, de una manera tan cruda, me produjo una rabia tremenda. Pero no nos podemos quedar quietos ante esto y Raquel, sí, sí tú, si lees esta columna, espero que no duermas tranquila en todo el verano, quien sabe, igual la persona que estaba a tu lado en aquella mesa era la prima de tu casero.
El mercado se regula solo. Esa es vuestra postura. Sonia,la liberal.