Hay ocasiones en las que resulta imposible conseguir la unidad de actuación para afrontar un problema, por muy grave que el mismo sea, sirva como ejemplo el caso de la dificultad para acceder a una vivienda en la isla. Los diferentes partidos políticos son incapaces de ver la gravedad de la situación y no saben ponerse a trabajar conjuntamente para atacarlo. Por otro lado, hay cuestiones que, si bien parece que merezcan la máxima atención de todas las partes, en realidad no es así por mucho que se nos quiera hacer ver lo contrario.
Entre esas cuestiones que a nivel insular parece que puedan preocupar a todos los partidos sin excepción, estuvo durante años la concesión de las instalaciones que ocupó durante casi 100 años el Club Náutico de Ibiza (CNI). De todos es conocido que el conflicto acabó con la adjudicación de dichas instalaciones a la empresa Puertos y Litorales Sostenibles (PyLS) y por tanto con la pérdida de la concesión por parte del CNI, el centenario club social de la isla.
Durante el tortuoso proceso que acabó liquidando la gestión del CNI, en sus instalaciones portuarias de toda la vida, toda la sociedad ibicenca reclamaba la continuidad del club social ibicenco al frente de la explotación de dichas instalaciones. Esta era la petición de las entidades sociales de todo tipo, respaldada por todos los partidos políticos sin excepción. Así lo escenificaban todos con su asistencia a todos aquellos actos públicos que se convocaban para mostrar el apoyo total al CNI.
De nada sirvió esa supuesta unanimidad en la defensa de los intereses de la sociedad ibicenca que representaba el CNI, ya que al final fue la empresa privada antes mencionada la que se llevó el gato al agua. Tampoco sirvió de nada que todos esgrimieran como argumento principal para la continuidad del CNI en el puerto ibicenco, la indudable labor social que el mismo había venido desarrollando durante casi cien años. Al final prevaleció el poderío económico de una empresa privada, que solo ha venido a la isla a sacarle el máximo rendimiento económico al Club, despreciando su valor social. No es más que otra empresa que viene a la isla a sacar todo el dinero que pueda, sin tener en cuenta para nada a los ibicencos y sus intereses.
A pesar de la supuesta escenificación de unanimidad antes citada, la realidad es que no todos han llegado a involucrarse al mismo nivel. En su momento, algunos de los que luchaban por la continuidad del CNI, acabaron siendo incluidos en supuestas y polémicas operaciones de corrupción, a pesar de que con ello no se enriquecieron en absoluto y tan solo pretendían que el CNI siguiera en sus instalaciones. Eso es así aunque no se haya querido expresar públicamente por parte de algunos que decían estar a favor de luchar como fuera por el CNI. Los mismos que no perdieron la oportunidad de atacar al rival político, tachándolo de corrupto, cuando lo que intentó en todo caso fue defender el interés general de la sociedad ibicenca.
Transcurrido un año ya desde la llegada de esa empresa privada a las instalaciones del Club y, a pesar de un amplio listado de irregularidades supuestamente cometidas y denunciadas tanto por el CNI, como por la Asociación de Amarristas del Club; parece que todo ello carece ya de la menor importancia. El actual Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Baleares, sin tener en cuenta esos supuestos incumplimientos contractuales de la actual empresa PyLS, ha decidido concederle la prórroga de la concesión.
Es cierto que en la reunión del Consejo de Administración de la entidad portuaria, el único componente del mismo que votó en contra de la prórroga fue el representante del Consell Insular d’Eivissa y Vicepresidente del mismo; pero no lo es menos que su partido el PP no ha movido ficha en ningún caso, al menos que se sepa, para que la Autoridad Portuaria sea estricta en la exigencia del cumplimiento de las condiciones contractuales de la concesión. La composición del Consejo de Administración se decide desde las instancias de gobierno de diversas instituciones, con el Govern Balear a la cabeza, cuyos representantes directamente nombrados por este votaron a favor de la prórroga y, no debemos olvidar que al frente de la práctica totalidad de las instituciones de las islas está el PP.
Está claro que nuevamente desde Palma se hace el vacío al deseo manifestado por las instituciones ibicencas, de que el CNI pueda recuperar la que había venido siendo su sede de toda la vida en el puerto de Vila y dejen de ser esas instalaciones un simple producto de mercado más, explotado por una empresa con el único merito de tener mucho más dinero que un Club social; cosa que por cierto le va muy bien a las arcas de la Autoridad Portuaria.
Pero vamos, lo que está claro es que no parece que desde el Govern se sea igual de exigente a la hora de reclamar el cumplimiento de lo que está reglado a unos y a los otros. Parece que en el ejecutivo autonómico se está muy a gusto con los actuales titulares de la concesión y que todo lo que pide y reclama la sociedad ibicenca, les sigue importando muy poco.