Llega el final de la Navidad, los días posteriores a los Reyes Magos y el inicio del año y como suele ser tradición son muchos los que se marcan retos para los próximos 365 días que tienen por delante. Y dos de los grandes clásicos son perder esos kilos que les sobran o ponerse en forma en algún gimnasio.
Uno de los que más sabe de esto es Rafa Tur, empresario con amplia experiencia en el sector desde que hace casi dos décadas pusiera en marcha los gimnasios Nirvana y anteriormente, durante un lustro, regentara otro en Platja d'en Bossa. Por ello, esta voz autorizada asegura a Periódico de Ibiza y Formentera que en su caso cada vez se nota menos el aumento de nuevos clientes tras la Navidad en comparación al inicio de la temporada. «Cuando llegan las fechas navideñas siempre hay un parón ya casi clásico porque la gente tiene mucho que hacer y aunque después se nota un mínimo aumento, no tiene nada que ver con la espectacular subida que se vive cuando la isla empieza a llenarse de trabajadores para los meses de verano».
En este sentido, Tur asegura que en el caso de los Nirvana «hay dos tipos de público muy diferenciados, sin que la mayoría sea del tipo que se apunta con mucha ilusión y luego al mes ya se ha borrado porque se aburre». Por un lado «están los del gimnasio que hay en Sant Jordi y que tiene un tipo de clientela mucho más familiar y con residentes en la isla durante todo el año que demandan más clases colectivas y dirigidas», y por otro el de Platja d'en Bossa, con vistas al mar, y que se nutre más «con gente más joven que viene a mejorar su forma física para puestos de trabajo cara al público que en muchos casos son muy exigentes físicamente».
Es, precisamente, en este último donde el dueño de los Nirvana asegura que se nota un mayor auge a partir de abril o mayo, una vez que ha pasado la Semana Santa. «Muchos de los que se inscriben son clientes que confían en nosotros de otras temporadas y otros que vienen buscando alicientes que no tienen en sus lugares de origen como por ejemplo entrenar de cara al mar, y por eso, somos conscientes de que, por ejemplo, podemos cuadriplicar la cantidad de botellas de aguas que vendemos en una semana de un mes a otro».
Además, tras la pandemia del coronavirus y las restricciones «que hicieron tanto daño al sector» asegura que «poco a poco se ve el futuro con ilusión y con ganas de que todo vuelva a ser positivo». No en vano, Tur, que tuvo que cerrar al mes de haber realizado una reforma integral de toda la maquinaria de una de sus instalaciones, confirma que «atrás queda un período muy duro, con mucha gente con miedo a los contagios, y con gimnasios desiertos porque nadie se atrevía a tocar una máquina o porque no se atrevían a estar cerca de los demás en clases dirigidas o colectivas».
«Dos meses y un gran éxito»
En el polo opuesto se encuentra el recién abierto Brooklyn Fitboxing, una franquicia a nivel nacional que en el mes de noviembre abrió el primero de sus gimnasios en el número 37 de la Avinguda d'Ignasi Wallis de la ciudad de Ibiza.
Su propietario es Egoitz Basurto y este lunes por la mañana ha mostrado a Periódico de Ibiza y Formentera su satisfacción por cómo están marchando las cosas en estos primeros meses de vida. «Teníamos cierta incertidumbre por abrir en un mes como noviembre, cuando han cerrado las discotecas y con tanta gente marchándose de la isla, pero lo cierto es que el público de Ibiza ha respondido de maravilla y más ahora que existen esas ganas de quitarse todos los excesos de la Navidad y empezar el año nuevo con buen pie».
El éxito de este gimnasio viene heredado de un sistema que ya funciona en más de 170 centros de todo el mundo, incluyendo otro en Mallorca. «Antes de instalarnos en la isla hicimos un estudio de mercado, pensando en que aquí hay un importante culto al cuerpo, y la verdad es que hemos acertado porque la mayor parte de nuestros clientes quedan encantados con un sistema patentado propio que, entre otras cosas, permite recibir información en tiempo real de la ejecución de tus movimientos».
Además, según Basurto, aunque todo parte del boxeo, lo que se imparte en este gimnasio es mucho más. «Son 47 minutos de sesión, con ocho asaltos en los que se llevan a cabo distintos ejercicios y golpeos al ritmo de la música durante dos minutos en sacos interactivos que transmiten la información a una pantalla y a tu propio perfil personal de una aplicación, y entre ejercicio y ejercicio, también hay una serie de actividades en suelo que potencian la agilidad, la elasticidad o la pérdida de peso».
En este sentido, el propietario de Brooklyn Fitboxing Ibiza asegura que no son competencia con ningún otro tipo de gimnasio de la isla. «Lo que nosotros ofrecemos es totalmente distinto a lo que se da en otros sitios así que somos perfectamente compatibles con otros centros de la isla, lo que también es muy positivo para todos aquellos que quieren adentrarse en este maravilloso mundo, perder peso, empezar en el deporte o simplemente explorar sus límites».