Estos días no son buenos para todos aquellos que busquen pescado relativamente fresco en el Mercat Nou debido al fuerte viento y la mala mar que ha obligado a la flota a quedarse amarrada en tierra y que hace que los mostradores de las pescaderías luzcan prácticamente vacíos.
Por ello, esta semana hemos decidido dejar de lado las frutas, verduras y carnes para visitar el siempre bullicioso puesto de panes, dulces y salados de Can Coves que se encuentra situado justo enfrente de una de las entradas principales del mercado.
Desde hace apenas unos meses lo atiende amablemente y con una gran sonrisa Isabel Fajes y en todo momento no deja de recibir visitas de clientes de todas las edades que vienen con la intención de llevarse alguno los productos totalmente artesanales y relacionados con Ibiza y sus tradiciones que ofrecen día tras día. Tanto que esperar unos minutos junto al mostrador a media mañana es sinónimo de que el estómago empiece a protestar ante tal mezcla de sabores, olores y colores.
Isabel asegura que todas las mañanas lo más demandado suelen ser algunos de los panes que se ofrecen y no la falta razón puesto que la cantidad va bajando rápidamente a pesar de que hay multitud de opciones donde elegir. «Tenemos de muchas variedades pero todos son de primera calidad, desde los pageses de masa madre a los de harina de feixa tradicional de Ibiza que suelen aguantar en mejores condiciones que el resto o algunos menos convencionales pero que también son muy sabrosos como los de anís, maíz con chía, quinoa o centeno, y eso es un aliciente para nuestros clientes y algo que nos hace diferentes a otros lugares parecidos de Ibiza».
Sin embargo, lo que realmente hace distinto al pequeño puesto de Can Coves es la amplia variedad de productos tradicionalmente ibicencos que se acumulan en tan poco espacio y que según asegura su vendedora a Periódico de Ibiza y Formentera «se hacen todos de forma totalmente artesanal y a base de mucho cariño y amor».
No en vano, en su pequeña vitrina delantera podemos encontrar perfectamente ordenados y con carteles con los precios escritos a mano como antaño crostes ideales para incluirlos con tomate, aceite o peix sec, magdalenas ibicencas con una base de hojaldre y un relleno de mazapán de almendras, las famosas orelletes, y varios flaós que se venden por porciones y que se han repartido a primera hora de la mañana después de haberse hecho pocos minutos antes en el horno artesanal que la propia empresa tiene desde hace año en el Polígono de Montecristo.
Por no faltar no faltan galletas marineras, porciones de coca de pimiento o verdura, los cocarrois rellenas de carne, verdura, gató o calamar, sobrasada y setas y que tal y como aseguró Vicent, uno de sus clientes, «son uno de sus productos estrella de Can Coves», unos pequeños envases en los que aún se puede conseguir la tan ansíada Salsa de Nadal ibicenca ni distintas ensaimadas a precios muy asequibles que se pueden comprar vacías o rellenas de cabello de ángel, crema o chocolate y que se encuentran semi escondidas a la espalda de Isabel.
Lo dicho, un lugar ideal para comprar pastelería dulce y salada tradicionalmente ibicenca en la que se podrá encontrar de todo a precios muy asequibles.