Una iniciativa surgida en el CEIP Santa Agnès ha potenciado en el pueblo de Corona la afición por la lectura. Lo curioso es que la ‘Biblioteca Lliure' cobra vida en una vieja nevera, colocada en el exterior del centro educativo, en la que los productos de alimentación han sido sustituidos por obras literarias de todos los géneros y en diferentes idiomas. Al principio, muchos pensaron que el frigorífico era un residuo para tirar a la basura puesto que muy cerca había un contenedor y la gente depositaba allí todo tipo de restos.
«Se lo explicamos a los niños y también a las familias y ahora todos se llevan libros para leer», han declarado desde el colegio.
La directora del CEIP, Teresa Marí, ha explicado este miércoles que la ‘Biblioteca Lliure' es un espacio público, al alcance de cualquier vecino, en el que se pueden depositar libros y tomar prestados otros que después deberán devolverse.
«Se fomenta así la lectura y se produce un intercambio de libros a través de una iniciativa pensada para el pueblo. El curso pasado ya lo pusimos en marcha y el balance es muy positivo porque la gente está encantadísima», ha reconocido la directora, quien ha asegurado que hasta los profesores y alumnos hacen un buen uso de esta particular instalación, así como residentes en otras zonas del municipio.
Marí recordó que, aunque en la escuela tienen un servicio de préstamo de libros para los alumnos, no existe en el pueblo una biblioteca pública, por lo que optaron por poner en marcha este sistema.
Confiando en el buen hacer de los usuarios, el préstamo de libros se realiza sin ningún tipo de control y, lejos de pensar que los ejemplares no serán devueltos o que su estado empeorará a pasos agigantados, lo cierto es que va aumentando el número de libros y los vecinos se preocupan por mantenerlos en buen estado. En estos momentos, un centenar de obras se acumula en el interior de la nevera del CEIP.
Esta práctica, habitual en otros países de Europa, surgió de un curso en el que participaron los docentes para fomentar la lectura entre los alumnos. Por tanto, además de crear esta particular biblioteca, han impulsado también iniciativas como los Paseos Literarios con el objetivo de despertar el interés por la lectura entre los más pequeños. En mitad de los campos de Corona, y con la participación de las familias, los niños disfrutan leyendo un cuento tradicional.
La directora reconoció que a los más jóvenes hoy en día les cuesta coger un libro ya que, sin duda, se sienten más atraídos por toda la oferta audiovisual existente en el mercado. «La lectura digital, que es muy visual, implica otra actividad cognitiva, aunque desde la escuela hemos realizado cursos de formación y hemos implicado a las familias para fomentar el amor por los libros», ha puntualizado.