Los alumnos de entre 6 y 12 años del CEIP Sant Carles han disfrutado este lunes de una jornada festiva dedicada a la práctica de distintos juegos tradicionales y a la magia, una propuesta que forma parte del programa de las fiestas patronales de la localidad. Una jornada que, debido al gran aumento de alumnado, se repetirá hoy para los cursos de infantil, sumando en total 370 niños del centro educativo.
Esperanza Galmés, directora del CEIP Sant Carles, comentó a Periódico de Ibiza y Formentera cuál es el objetivo de salir a la calle un día al año en las fiestas de este pueblo: «Los traemos aquí con el material del colegio para promocionar los juegos tradicionales, que se están perdiendo cada vez más».
Durante dos horas, los alumnos de primaria del colegio de Sant Carles pudieron practicar diez modalidades diferentes: carrera de sacos, la xinga, los aros (el juego de la silla), el tres en raya, el pañuelo, los bolos, las dianas, la rayuela, la comba y el elástico.
Los alumnos llegaron al centro del pueblo poco antes de las diez de la mañana bien ordenados por cursos, cada uno con su profesora. Una situación que poco tardó en disolverse.
En el parque contiguo a la iglesia y en el césped se encontraban los conos separando los campos de juego, las combas listas para ser usadas o las tizas colocadas para marcar la estructurada rayuela. A los pocos minutos, ya divididos en grupos, empezaron a practicar los juegos típicos, que ya casi todos conocían al ser de primaria y repetir esta festividad año tras año. Por un lado, un grupo de alumnos saltaban a la comba intentando no pisarla, mientras que por el otro, sí pisaban el tradicional elástico que protagoniza este juego.
Al preguntar a los alumnos de quinto de primaria por su juego favorito en este encuentro, algunos como Ferrán tenían claro que «las carreras de sacos y el pañuelo», mientras que a Ari le entusiasmó «la música» que sonaba de fondo. A otros como Zoe y Noa comentaron que «todos los juegos y el chocolate», además de «estar con amigos». En lo que todos coincidían era en que se lo pasaban «muy bien», pero admitían que no es una práctica que se extienda a sus días cotidianos: «De normal no jugamos a estos juegos porque no tenemos materiales y tenemos juegos más modernos, de nueva generación», declaró Max.
Tras dos horas de pura diversión y sin saber si la jornada matutina los había dejado cansados o, por el contrario, con más energía, todos los alumnos esperaban con su vaso ya en mano el ansiado momento: la chocolatada.
Fueron 40 kilos de chocolate los que este lunes se cocinaron en el restaurante Peralta y que las profesoras repartieron en la plaza empezando por los más pequeños. La jornada de juegos culminó este año con el show del Mago Albert.