La pintora ibicenca Cristina Ferrer está exponiendo hasta el día 11 de enero, de martes a domingo de 13:00 a 24:00 horas, en Can Tixedó Art Café, un lugar en el que la artista no presentaba sus cuadros desde hacía ocho años. El pasado 5 de diciembre hizo la inauguración de la exposición, llamada ‘A mi estilo' y ha quedado gratamente sorprendida con la acogida. «No esperaba a tanta gente, pero en el último momento se acercó bastante público, ya que es un día especial para el artista. Fueron unas 100 personas el primer día», comenta muy ilusionada Ferrer.
En esta exposición se puede ver la obra de Ferrer en su máximo esplendor, donde como siempre se inspira en Ibiza y Formentera para pasar el pincel por el lienzo. En esta ocasión ha presentado seis nuevas pinturas y tiene muy clara su favorita: «las que hice a la colla de Sant Rafel. Me pareció precioso el día que actuaron en Sa Punta des Molí, ya que los colores acompañaba el momento de cómo subían desde la entrada hasta el molino y lo capturé en la cámara».
Otra obra con la que Ferrer se queda es una puesta de Sol a su amada Formentera donde sucedía una tormenta y el agua del mar se veía bastante clara, bajo su opinión. Aún así, en la exposición se pueden ver cuadros de la autora de hace tiempo. Cuenta que hay obras que están vendidas, pero que las han cedido para la exposición, puesto que tal y como afirma, «cada obra es única».
Por otra parte, la pintora cuenta que Can Tixedó es un lugar que le gusta mucho y sentía que era el lugar idóneo para hacer esta exposición, ya que considera que es un espacio donde va la gente de la isla, sobre todo en estas fechas navideñas. Además, destaca que eligió exponer cerca de la Navidad porque es cuando más residentes están en la isla y quería llegar a ellos.
Aunque el sitio le encante, es partidaria de «dejar reposar» donde expone, por lo que para el año que viene ya tiene cerrada otra exposición individual e incluso tiene cerrada otra para 2025.
«Quiero transmitir alma y amor en cada cuadro que pinto. La pintura es un idioma y puedes saber cómo es una persona a través de sus obras», afirma Ferrer.
Ferrer suele tomarse un descanso de un mes, pero no puede esperar a meterse en el estudio más de quince días, ya que para ella es una terapia y siente la necesidad de volver a pasar el pincel por el lienzo para diseñar el próximo cuadro.